Colapso monumental del big three de Sixers en la segunda parte que ha arrastrado a todo el equipo. Atlanta Hawks se puso las pilas en el descanso y su defensa mejoró de forma espectacular en la segunda mitad. El resto lo hizo la magistral dirección de juego de Trae Young y el increíble control de balón de todo el equipo, ¡que solo perdió 4 balones en los 48 minutos de juego!
Los Hawks vencieron por los pelos, 103-100, pero vencieron para situar la serie 2-2 y encender su pabellón como una pira.
Una canasta y dos libres de Young pusieron el 101-98 a 49,6 segundos del final, dos libres de Embiid acortaron segundos después hasta el 101-100, una estupenda defensa de Sixers llevó a la pérdida de balón de Atlanta y con 16,6 segundos para el final jugaron los de Doc Rivers para ganar tras tiempo muerto. Y ahí Joel Embiid remató su nefasta segunda parte.
La pizarra de Rivers se interpretó perfectamente en la pista, Tobias Harris asistió a Embiid y este penetró sin acierto. Poco después, Young colocaba el 103-100 desde la línea de castigo y, ya sin tiempos muertos, Sixers buscó el empate, pero el forzado triple final de Seth Curry, gran partido el suyo, no entró.
Ganaban así los Hawks tras remontar 18 puntos de desventaja (42-60 jugándose el segundo cuarto) y tras irse al descanso perdiendo 49-62. El 54-38 de la segunda mitad lo dice todo: el ataque visitante se hundió en la miseria.
¡Baste decir que Trae Young metió en la segunda parte más puntos, 17, que todo el big three de Sixers junto, 13!
Embiid sumó 4 puntos tras el descanso con 0 de 12 en el tiro de campo. ¡Ese 0 de 12 es un récord desde que existe el play-by-play (1996-1997)! Nadie en un medio tiempo de un partido de playoff había hecho un 0 de 12. El récord negativo lo tenía Michael Jordan con un 0 de 11. Es verdad que Embiid capturó muchísimos rebotes, pero su 0 de 12 ahí queda. A ello se sumó que Ben Simmons, gran primera parte la suya, hizo en la segunda 3 puntos, 1 rebote y 2 asistencias. Números para olvidar. Y que Tobias Harris tampoco ayudó mucho al solo anotar 6 puntos en la segunda mitad.
Todo en un partido de estrellas tocadas físicamente. Embiid empezó el partido con su ya conocido lastre en la rodilla y algo debió ir mal cuando tuvo que irse a vestuarios en el segundo cuarto. A su vuelta de vestuarios, ¡ese 0 de 12 en el tiro! La correlación real entre una y otra cosa solo la saben de verdad los Sixers, pero llama la atención. Mientras, Trae Young empezó el encuentro con problemas en el hombro derecho que parecieron agravarse cuando Embiid le cayó encima en el primer cuarto. Pero poco a poco fue yendo a más.
La joven estrella local empezó horriblemente en el tiro y terminó el partido con 8 de 26 en el lanzamiento de campo, pero se le puede perdonar si se tiene en cuenta que sumó 25 puntos y... ¡18 asistencias con solo 2 pérdidas! Fue el motor de su equipo, tomando a lo largo del partido muchas decisiones acertadas.
Atlanta contó también con los 22 puntos de Bogdan Bogdanovic (9 de 24 en el tiro) y los dobles-dobles de John Collins (14 puntos y 12 rebotes), que hizo dos espectaculares matazos en el segundo cuarto, y de Clint Capela (12 tantos y 13 rebotes), que trabajó a destajo en la marca de Embiid.
Ayudas puntuales en ataque de Kevin Huerten y Lou Williams, y sobre todo trabajo espectular en defensa de todo el equipo tras el ecuador del partido, lo que hizo que Atlanta ganara el partido a pesar de estar en un paupérrimo 36,6% en el tiro de campo.
Sixers tuvo a Harris con 20 puntos, a Embiid con 17 puntos, 21 rebotes (grande su labor en el rebote y en defensa) y 4 de 20 en el tiro y a Curry en 17 puntos y un 70% en el lanzamiento de campo, mientras que Ben Simmons sumó 11 puntos, 12 rebotes y 9 asistencias tras emplearse a fondo con Young y tras otra aciaga jornada desde los libres.
Buenos minutos de Dwight Howard, algunos momentos de Shake Milton... pero todo quedó en nada por el atasco ofensivo de primer orden del equipo, que ahora piensa sobre todo en la salud de Embiid.