El partido arrancaba con una gran noticia para los Lakers: Andre Drummond se unía a la causa. Buen prólogo para un partido difícil de digerir. ¡Lakers las pasó canutas ante unos Magic en estado de demolición! Difícil de explicar por mucho que no estén ni LeBron James ni Anthony Davis.
El quinteto inicial de Orlando no engañaba: Carter-Williams, Bacon, Ennis III, Okeke y Birch. Un quinteto que no sería nada en Europa y que no puede ser nada en la NBA. El equipo de Florida con todas sus estrellas traspasadas, otra vez sin Terrence Ross en acción y con Michael Carter-Williams lesionándose en el segundo cuarto para no volver. El equipo de Steve Clifford haciendo debutar al tiempo a tres jugadores recién fichados: Wendell Carter Jr., Otto Porter Jr. y R.J. Hampton. Sin tiempo para acoplarse de verdad a la disciplina de su nuevo club.
Pues, bueno, a pesar de toda esa ristra de hándicaps interminables... ¡Orlando tuvo un triple final para enviar el partido a la prórroga! Un triple franco de Otto Porter Jr. que se estampó contra el aro, lo que dejó el triunfo en el Staples por un escueto y ciertamente gris 96-93.
Partido igualado con más errores que aciertos. Al menos, los equipos se aplicaron en defensa. Pero el partido fue malo de solemnidad y tuvo un final esperpéntico.
Importante Dennis Schröder al anotar 4 libres sin fallo en los 3 últimos minutos del partido. Él puso el 94-87 con 2:56 por jugar. A partir de ahí, una cadena de fallos de uno y otro equipo para un parcial de 0-2 en 1 minuto y 40 segundos (94-89). Pero lo peor de Lakers estaba por llegar, porque los angelinos ganaron el partido a pesar de jugar un minuto final digno de análisis.
Con 96-91 para Lakers, Montrezl Harrell hizo un airball muy airball. Acto seguido, la defensa local perdió pie y permitió que el novato Chuma Okeke le diera una asistecia a Wendell Carter Jr... ¡que faltando 30,9 segundos para el final estaba solo bajo el aro! Despiste defensivo de primera magnitud que acabó en mate para el 96-93.
Atacó Lakers para decidir por fin el partido, pero todo fue a peor. La entrada a canasta de Schröder tampoco tocó aro, Harrell reboteó con fiereza y se quedó con la bola, el balón acabó en la línea de 3 y Markieff Morris lanzó un triple deficiente que no acabó en un nuevo airball de milagro. Al final, la posesión terminó en manos de Orlando a 5,3 segundos del final.
No atacó precisamente bien Magic en esos segundos definitivos, pero el bueno de Wes Matthews se pasó de frenada en la defensa sobre Porter Jr. dejándole completamente libre para la ejecución del triple del empate, que no entró. Para rizar el rizo, Matthews acabó lesionado en esa jugada final y así terminó el partido, con Matthews quejándose en el suelo y Lakers salvando los muebles a última hora de cualquier manera ante un equipo desmantelado cargado de dignidad.
A este equipo, aun sin LeBron y Davis, hay que exigirle mucho más de lo que está dando sin sus estrellas, sin ser tampoco exigentes hasta perder el sentido. Lo cierto es que lo mejor que le podía pasar a los Lakers era tener como rivales en los dos últimos partidos a Cavaliers y Magic. Ha sido un bálsamo enfrentarse a rivales tan débiles en un tramo tan delicado de la competición. Importante bocanada de aire para los de Vogel.
Lo bueno también para los locales fue ver cómo algunos jugadores importantes no se escondían a lo largo del encuentro. Dennis Schröder hizo 24 puntos y 6 asistencias; Kyle Kuzma logró 21 puntos, 11 rebotes y 4 pases de canasta tras tirar 15 triples; y Montrezl Harrell ayudó con 18 tantos y 11 rebotes.
Además, doble-doble de Markieff Morris. Mientras, Marc Gasol jugó 20 minutos para 7 puntos, 2 rebotes y 3 asistencias.
Lakers, que está todavía con margen gracias a su 30-17, no fue un dechado de virtudes desde la línea de 3, pero al menos no se abandonó en defensa.
El mejor visitante fue Dwayne Bacon con 26 puntos y 8 rebotes. El novato Okeke sumó 14 más 6 rebotes y Mo Bamba fue el mejor suplente.
Los tres debutantes de Orlando: 10 puntos en 17 minutos de Hampton, 8 puntos y 8 rebotes en 20 de Carter Jr. y 5 puntos y 4 rebotes en 25 de Porter Jr.
El mejor momento de Lakers se vivió cuando se acercaba el descanso. El equipo californiano se puso 39-26 tras un parcial de 17-3. Parecía en esos momentos que los Lakers iban a dar un arreón crucial para definir el partido, pero lejos de hacerlo se presentaron en el intermedio ganando solo 44-39 tras una primera parte para olvidar en líneas generales por parte de ambos equipos.
La victoria es el mejor regalo que se puede llevar el equipo angelino tras una mala noche. Eso sí, habría que preguntarle a Frank Vogel, un entrenador intachable, qué es para él jugar bien al baloncesto, porque después del partido dijo que su equipo había jugado bien.