El Jazz-Nets pasó de ser un gran cartel que televisar a nivel nacional en busca del mejor baloncesto a convertirse en un simulacro de partido por culpa de las bajas del equipo visitante, unas bajas que desvirtuaron hasta tal punto el partido que terminaron por destruirlo.
Brooklyn afrontó el partido sin Kevin Durant (lesionado), Kyrie Irving (motivos personales), James Harden (problemas en el cuello), Blake Griffin (descanso) y Landry Shamet (lesión de tobillo), y solo puso en juego 5 minutos a Joe Harris para sentarlo de inmediato y darle también un respiro competitivo. Se masca la multa de la NBA.
Con esos mimbres, el equipo neoyorquino quedó en nada. Jugadores como Jeff Green, Bruce Brown, Nic Claxton o DeAndre Jordan, que lo estaban haciendo bastante bien, vieron lo problemático que es jugar al baloncesto sin ningún integrante del big three en su auxilio.
Baste decir que el mejor jugador de Nets fue Alize Johnson, que acaba de firmar un contrato de 10 días. Hizo 23 puntos y 15 rebotes. Y que Chris Chiozza sumó 10 puntos y 11 asistencias, permitiéndose lanzar 16 tiros.
Por lo demás, no hubo partido. Utah Jazz, que afrontó con todo el encuentro, solucionó esta bochornosa papeleta en apenas unos minutos. En el primer cuarto, vamos: 38-17 y a otra cosa.
Los Jazz ganaron al trantrán, como si estuvieran en un entrenamiento sin exigencias. Es una exageración, claro, pero lo cierto es que el partido como tal no existió. Al descanso, 63-38. Al finalizar el tercer cuarto, 90-61. Y a la conclusión, 118-88. Una broma de mal gusto para los espectadores que estaban en la grada y para los que se pusieron delante del televisor.
Victoria sin historia de Utah, que hizo su trabajo con una profesionalidad encomiable. Donovan Mitchell, que llevaba 20 puntos al descanso, terminó con 27 puntos y 7 asistencias, Mike Conley con 18 puntos y Bojan Bogdanovic con otros 18, dando la nota Jordan Clarkson, que en un partido así de destensado se dedicó a tirar y tirar y fallar y fallar. Acabó con 1 de 15 en campo, incluyendo un 1 de 11 desde el triple.
Los locales metieron 23 triples de 55 intentos, podrían haber ganado igual sin habernos obsequiado con semejante ristra de tiros triples, y los visitantes acabaron con un 36% en el tiro de campo para esos pobres 88 puntos.