Dallas Mavericks parece haber adquirido un buen ritmo competitivo una vez ha empezado a tener a todo el equipo sano. Son tiempos de pandemia, y con ello de bajas y plantillas apuradas. Por eso, tener al equipo sano marca la diferencia.
Por el contrario, Denver venía de jugar 24 horas antes un duro y ajustado partido en Memphis y de tener problemas en la mañana del sábado con los controles relacionados con la Covid-19, un problema que provocó desajustes al equipo en su preparación del día y que, según Michael Malone, afectó al rendimiento del equipo.
El Nuggets-Mavericks era el enfrentamiento entre dos equipos en forma -Denver acumulaba 5 victorias seguidas- y la oportunidad de ver un nuevo duelo entre Nikola Jokic y Luka Doncic, lo que siempre constituye, y esta vez no fue la excepción, un goce para los ojos.
Empezó muy bien Denver, con parcial de 10-0 en 2 minutos, pero ese meteórico arranque no correspondió después al desarrollo del partido, que a partir del segundo cuarto (51-62 al descanso) empezó a inclinarse del lado texano y que ya en el tercer cuarto se le puso bien cuesta arriba a los locales, llegándose al inicio del último acto con ventaja clara de Dallas (73-93).
En el cuarto final, los Mavs llegaron a ponerse 21 puntos arriba y Denver llegó a recortar a 12 puntos (93-105) a 5:17 del final tras triples consecutivos de Michael Porter Jr., que resucitó en el último cuarto, y Jokic, pero la sangre no llegó al río.
Dallas terminó ganando 103-116 con 25 puntos de Kristaps Porzingis (5 de 7 en triples), 21 tantos y 12 asistencias de Doncic y 20 puntos de un muy acertado desde la línea de 3 Josh Richardson.
Además, buen complemento en el juego procedente de jugadores como Jalen Brunson, Dorian Finney-Smith, Maxi Kleber o Dwight Powell.
Denver tuvo a un fenomenal Jokic que se quedó a un paso del triple-doble tras concluir el partido con 26 puntos, 9 rebotes y 11 asistencias. Will Barton metió 23 puntos y Porter Jr., otros 23 más 8 rebotes en 23 minutos tras solo jugar 5 minutos en la primera parte tras cometer 3 faltas y anotar 17 de sus 23 puntos en un brillante último cuarto.
Nuevo partido gris tirando a negro de Jamal Murray. El canadiense venía de hacer 3 puntos con 1 de 14 en el tiro en su anterior partido y en este sumó 10 con 4 de 13. Dos jornadas para olvidar.
Volvió al juego el lesionado JaMyChal Green tras perderse 7 partidos y el argentino Facundo Campazzo sumó 27 minutos en pista, jugando los momentos importantes del cuarto final. Apenas encaró el aro 2 veces para no anotar, pero se aplicó en defensa y dio 6 asistencias. Espectacular la asistencia que dio en el segundo cuarto por debajo de las piernas de Tim Hardaway Jr. para la canasta de su compañero Green.
El primer cuarto arrancó con los datos estadísticos del partido caídos por completo, datos que no se recuperaron hasta que estaba a punto de finalizar el cuarto.
Más allá de esa anécdota, Denver empezó a perder pie en el partido debido a su mala defensa, demasiados desajustes atrás, y sus problemas con el rebote, a los que se unía otra mala jornada de Murray y los problemas graves que sufrió Porter Jr. con las faltas.
Al descanso, 51-62, Jokic y Barton intentaban sostener a un equipo local con demasiadas insuficiencias a cuestas, mientras que Doncic y Porzingis lideraban a los texanos.
El tercer cuarto nos dejó a Jokic capturando un rebote desde el suelo y dando una asistencia acto seguido sin llegar a levantarse, pero también dejó un cúmulo de triples de Dallas que fue lastrando la oposición de Denver, que fue viendo cómo su rival se escapaba en el luminoso.
Hubo un momento en el tercer acto de acierto de ambos equipos desde el triple, un momento de triples y triples que dio paso a un correcalles infumable que tuvo que ser parado con un tiempo muerto, pero más allá de eso, Mavericks fue el dueño de la pista con Porzingis encendido y Richardson en estado creciente.
Cinco puntos seguidos de Brunson pusieron el 67-87 en el marcador. Poco después Porzingis cometió su cuarta falta, que poco incomodó al jugador y a su equipo a la hora de resolver el partido después, y una canasta de Kleber sobre la bocina, un triple, dejó el 73-93 al final del tercer período.
El último cuarto fue un querer y no poder de Denver. Le faltaron piernas a los locales y le sobró una reiterada falta de concentración en materia defensiva.