Pelicans venía de perder un partido que ganaba por 11 al final del tercer cuarto porque encajó un 12-41 en el último. Pues bien, este domingo se situó en las antípodas para ganar un partido en la prórroga que perdía por 24 puntos jugándose el tercer cuarto.
Boston Celtics vio cómo se le escapaba un encuentro que tenía en sus manos. El 34-21 del último cuarto condenó al equipo bostoniano a ir a una prórroga y a los espectadores a asistir a la misma, ya que fue un auténtico martirio hasta para el aficionado más paciente.
Fue una prórroga interminable, una prórroga de pantalla en pantalla, de revisión eterna en revisión eterna, con los árbitros robando el plano a los jugadores, sencillamente insoportable. Todo aquello que la NBA quería evitarnos, partidos largos, demasiados largos, parece haber llegado para quedarse. De nada sirvieron las pequeñas normas impuestas por la liga para acortar los partidos, porque no se puede detener tanto el juego por un cúmulo tal de revisiones. Una cosa es ser garantista y utilizar la tecnología, hasta ahí todo muy bien, y otra, esto.
Más allá de ese final que nunca llegaba, todo el mérito para unos Pelicans que necesitaban, y mucho, el triunfo y todo el demérito para los Celtics, que siguen viviendo en la más completa irregularidad.
Ganó 120-115 Pelicans en el tiempo extra con 33 puntos de Brandon Ingram y 28 puntos (24 tras el descanso) y 10 rebotes de Zion Williamson, los dos grandes motores ofensivos del equipo. Josh Hart, importante en la remontada, firmó 17 puntos, 10 rebotes y 3 tapones y Lonzo Ball, 16 tantos.
El español Willy Hernangómez jugó 23 minutos partiendo de la titularidad para 6 puntos y 13 rebotes, con 3 de 10 en el tiro. Nos dejó una singular jugada en el segundo cuarto, ¡cuando capturó 5 rebotes ofensivos en una misma jugada en un período de 6 segundos sin ser capaz de anotar repetidamente bajo el aro! No estuvo en cancha ni en todo el último cuarto ni en la prórroga por cuestiones tácticas.
Ese cambio táctico de Stan Van Gundy dio la vida a los suyos y empantanó a unos Celtics poco dúctiles. Rescató el técnico del más completo ostracismo al italiano Nicolo Melli, que jugó todo el cuarto final y toda la prórroga. Apostó New Orleans por un small ball sin pívot que abría mucho el campo con Melli en el triple y que dejaba mucho espacio en la pintura para las penetraciones de jugadores como Ingram, Zion o Hart. Melli no estuvo fino en el tiro, 1 de 7 desde el triple, pero con él en pista su equipo hizo un +18.
Los Celtics sufrieron un partido irregular de Jaylen Brown (25 puntos y 9 asistencias), que estuvo muy errático en el tiro, pero para errático Kemba Walker, que metió 4 puntos en la primera parte y solo 14 al final del partido. Sus horripilantes series: 5 de 21 en campo y 1 de 12 en triples. Para olvidar su juego cuando parecía que empezaba a remontar.
Fue Jayson Tatum el auténtico asidero de Boston para forzar la prórroga. Dos canastas suyas a 10,5 y 0,2 segundos del final pusieron el 108-108 que obligó a prolongar el partido, la segunda de ellas, vital, salvando una gran defensa de Hart.
Destacar la intensidad defensiva de Daniel Theis y el gran partido que hizo el joven Robert Williams III, un jugador con unos recursos físicos imponentes que está llamado a jugar más minutos. Suyos fueron 8 puntos, 13 rebotes y 4 tapones en 21 minutos de juego. También estuvo a buena altura Tristan Thompson.
Boston puso la directa en el segundo cuarto a partir de dar un paso a nivel defensivo y gracias a perder solo 2 balones en la primera parte por los 11 extraviados por los locales. De este modo, y a pesar de estar desacertados desde el triple, Celtics se fue al descanso ganando 47-63 con 17 puntos de Tatum tras adquirir a lo largo del cuarto una ventaja de 19 puntos.
El tercer cuarto empezó con un Zion Williamson frustrado por la gran defensa sobre él de Daniel Theis, que le había dejado en 4 puntos en la primera parte. El juego de Boston siguió creciendo y llevó a los visitantes a ponerse con 24 de ventaja (55-79). Todo parecía dirigirse a una fácil victoria ante un equipo que estaba fracasando de nuevo a nivel defensivo. Pero Pelicans reaccionó para acabar el cuarto 74-87, pasando de un -24 a un -13. Ahí empezó a cambiar el rumbo del partido.
Luego llegó el cuarto final, que empezó con la expulsión por doble técnica del local J.J. Redick, y todo se le complicó a unos Celtics decepcionantes. El cambio táctico con Melli en pista nos situó en otro partido y el acierto de Josh Hart animó al ya de por sí animoso público de los Pelicans. Los locales empataron a 98 a 4:12 del final y Melli adelantó a Pelicans 101-98 con su único triple. Empezó a defender Pelicans en este último cuarto y el ataque de Boston se nubló con Kemba fallando más y más tiros hasta firmar un 1 de 9 en campo entre el cuarto cuarto y la prórroga.
Y llegó la prolongación de 5 minutos que pareció durar un año. Lo más destacado fue el desenlace. El final del tiempo extra nos dejó a Brandon Ingram metiendo un triple importante a 33 segundos del final, haciendo una falta innecesaria ante el triple de Jaylen Brown, lo que complicó la victoria local, y metiendo 2 libres definitivos a 3,3 segundos de la conclusión para el 120-115.
Hart fue importante también aquí. Metió 3 libres en la recta final e hizo, con 118-115 en el marcador, una falta europea a Tatum para que no lanzara de 3. Y los libres del alero de Celtics fueron un engendro. Erró el primero, lanzó a fallar el segundo y... ¡estrelló el balón contra el tablero quedando muy lejos de tocar aro! Ahí se esfumaron las opciones célticas en un partido que llegaron a dominar los visitantes por 24 puntos en el tercer cuarto. Pelicans respira.