Nadie daba crédito a lo que estaba viendo. La primera parte del Clippers-Mavericks ha sido literalmente histórica: ¡27-77 para los texanos, la diferencia más grande al descanso en la historia de la NBA desde que se instauró en la liga el reloj de posesión!
Al final del encuentro, 73-124 para Dallas, que tuvo a Luka Doncic en 24 puntos, 9 rebotes y 8 asistencias en solo 3 cuartos, jugando 26 minutos. Su único desliz fue otra vez el triple. Josh Richardson sumó 21 puntos y Tim Hardaway Jr. hizo 18, anotando cada uno de ellos 4 triples.
En Clippers, 15 puntos de Paul George y 13 tantos y 9 rebotes de Serge Ibaka. Entre los dos... 0 de 10 desde el triple. Fueron de lo poco digno de un equipo indigno.
Ver para creer. Lo sucedido este domingo ha dejado a todos perplejos. Unos Clippers dormidos de principio a fin, con un entrenador incapaz de poner freno al desaguisado, y unos Mavericks bailando al rival de una forma alucinante, jugando a un ritmo espectacular en ataque y en defensa hasta dejar en evidencia a los angelinos hasta unos límites insospechados.
Final del primer cuarto: ¡13-36! Doncic ya llevaba por entonces 13 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias, Josh Richardson sumaba otros 13 puntos... mientras que Clippers atesoraba entre todo el equipo 13 puntos, 10 rebotes y 1 asistencia, con solo dos jugadores anotando, Paul George e Ivica Zubac.
El partido era un monólogo insostenible, un festín pantagruélico, una hecatombe homérica, no había por donde hincar el diente a la realidad, parecía como si esa realidad se hubiera tornado lisérgica, droga dura. Y la ventaja no hizo más que crecer y crecer hasta lo inexplicable, hasta dejar a los Clippers a la altura del betún.
Al descanso, ¡¡¡27-77!!! Sí, ¡¡¡50 puntos de ventaja en el Staples Center!!! No jugaba Kawhi Leonard, sí, pero tampoco lo hacía Kristaps Porzingis. Ese +50 superaba el +47 logrado en 1991 por los Warriors ante los Kings. Estábamos viviendo un momento histórico en la relajada jornada dominical.
La primera parte fue la suma de dos cuartos alucinantes que se saldaron con parciales de 13-36 y 14-41. En el intermedio, Dallas estaba en 32 rebotes, 16 asistencias y 2 pérdidas de balón por los 16 rebotes, 3 asistencias y 7 pérdidas de unos Clippers que andaban en un 24,3% en el tiro de campo y un 5,3% (1 de 19) desde el triple.
Solo habían anotado 4 jugadores locales en los primeros 24 minutos, mientras que Dallas ya tenía en su casillero a 10 anotadores con Doncic (18 puntos) y Richardson (15) a la cabeza. Las redes sociales ardían y la grada vacía era testigo de la debacle, como lo era Kawhi en la banda armado con la mascarilla que le tapaba su boca herida.
Toda la segunda mitad sobró, como sobró gran parte del segundo cuarto. Al menos, Clippers tuvo la minúscula dignidad de empezar el tercer acto con un parcial de 10-0, y ahí se acabó su reacción. El partido se movió tras la reanudación de forma permanente entre los 40 y los 50 de diferencia, aunque Dallas alcanzó picos en el último cuarto de más de 50 puntos de ventaja hasta situarse con 57 de diferencia, con un 63-120, hasta terminar 73-124, un +51 que supone la peor derrota en la historia de los Clippers.
Ha sido un partido con un desarrollo y desenlace inesperados: Dallas consigue su primera victoria de la temporada en plan mayúsculo y Clippers sufre su primera derrota en plan traumático. El baloncesto tiene estas cosas.