Lo de Oklahoma es una especie de duro destierro para Al Horford, pero al jugador dominicano no le queda otra a sus 34 años que reivindicarse, hacer un Chris Paul, es decir, revalorizar su figura en tiempos duros.
El primer paso para esa revalorización pasa por una buena pretemporada, y Horford, visto lo visto, está en ello.
Se estrenó de forma oficiosa el de Puerto Plata con OKC Thunder y lo hizo muy bien, aunque su equipo fuera una calamidad. Derrota contundente, aunque el resultado es lo de menos, ante Chicago Bulls, otro equipo, como Thunder, llamado a la nada.
Chicago ganó 103-124 con 27 puntos de Coby White y 24 de Zach LaVine. El novato Patrick Williams lo hizo bien (13 puntos, 7 rebotes y 2 tapones), Otto Porter Jr. no desentonó y Lauri Markkanen se mostró muy impreciso.
Pero centrándonos en Horford, el jugador hispano brilló con luz propia a pesar de estar solo 15 minutos en la cancha. En ese tiempo produjo 15 puntos y 7 rebotes con un 60% de acierto en el tiro de campo y un 2 de 4 desde el triple.
El 5 veces All-Star sobresalió en un equipo sin espíritu defensivo que acabó, además, el partido con un 38% en el tiro. Al menos se vieron cosas buenas del muy fiable Gilgeous-Alexander, de Frank Jackson, de Theo Maledon y de Moses Brown.
A Horford no le queda otra que ayudar a hacer equipo tras la mala experiencia que supuso su paso por Sixers. Él siempre fue un notable jugador en el plano grupal. Ahora, lo que ha de hacer es ser más egoista y pensar también en sus números, porque las cifras colectivas esta temporada van a ser una ruina.