Avanzan las fechas, se acerca la agencia libre y la NBA ha de adoptar varios acuerdos vitales como cada temporada, uno de los cuales será fijar el tope salarial por el que se regirá la próxima temporada y que fijará la capacidad de los equipos a la hora de moverse en el mercado.
Antes de la pandemia ese tope salarial se estimaba que estaría en torno a los 115 millones de dólares por equipo, pero la Covid-19 lo cambió todo.
Se calcula que la NBA dejó de ingresar unos 1.500 millones de dólares durante la temporada recién finalizada debido al parón de marzo, la cancelación de muchos partidos de la temporada regular, el regreso del baloncesto en la burbuja de Orlando sin público en las gradas y las pérdidas ocasionadas por el desencuentro con China, y ese boquete económico llevará a que el tope salarial baje sí o sí.
La cuestión radicará en ver cuánto baja. El San Francisco Chronicle habla de una horquilla de entre 3 y 12 millones de dólares, un horquilla, todo hay que decirlo, muy amplia.
De ser así, el tope salarial se podría situar entre los 103 y los 112 millones de dólares.
Recientemente la directora ejecutiva del sindicato de jugadores (NBPA), Michele Roberts, afirmaba que la negociación existente intentará aproximarse lo más posible a las estimaciones que había antes de la pandemia, pero lo cierto es que el agujero económico que ha dejado el coronavirus no deja grandes márgenes para el optimismo.
La NBA ya ha manifestado su intención de que la próxima temporada empiece el 22 de diciembre. Habrá que ver si se cumple ese objetivo. De cumplirse, los plazos para adoptar acuerdos y soluciones se comprimirán mucho.
La fijación del límite salarial tendría que llegar antes del 18 de noviembre (fecha del draft) y la agencia libre podría arrancar como muy pronto el 23 de noviembre y como muy tarde el 1 de diciembre.