Los Sixers no ganan para sobresaltos en este reinicio de temporada. Primero perdieron a una de sus estrellas, Ben Simmons, por una lesión de rodilla que podría dejarle fuera de la temporada. Y ahora llega la lesión de su otra gran estrella, Joel Embiid.
Embiid se dañó el tobillo izquierdo cuando se jugaba el primer cuarto del Blazers-Sixers. El jugador se dobló el tobillo al chocar contra el soporte de la canasta, pero siguió jugando hasta que su equipo pidió un tiempo muerto a 6:18 del final del primer acto.
Tras el tiempo muerto, Embiid se tuvo que apoyar de espaldas a la pista estando en la banda y ya no volvió al juego. Su participación en el partido se limitó a 6 minutos en los que se le vio bastante obtuso y con movimientos poco ágiles, incluyendo una extraña pérdida de balón, una pérdida muy tonta.
La buena noticia, al menos en apariencia, fue ver cómo el jugador se incorporaba al banquillo en la segunda parte, aunque no jugara, para seguir el partido desde la banda. No se le veía preocupado, ni mucho menos. Muy al contrario, se le veía relajado y sin dolor aparente.
Al término del partido, su entrenador, Brett Brown, aseguró a los informadores que no tenía noticia alguna del estado de su jugador, cuyo físico ahora mismo genera incertidumbre por la falta de información sobre el mismo.
No parece que pueda ser una grave lesión, pero Sixers no está preparado para perder de golpe en la burbuja a Simmons y Embiid de cara a los playoffs.
Al equipo se le ha visto durante la temporada muy irregular, con grandes vaivenes según jugara como local o visitante, y el reinicio de la campaña no ha supuesto una mejora en la imagen de estos Sixers en los que Embiid es la piedra angular.