Lo ha vuelto a hacer. Spencer Dinwiddie vuelve a romper todos los moldes y plantea una situación insólita que dará mucho que hablar. El jugador de los Nets plantea que sean los aficionados los que voten en qué equipo juega. Lo nunca visto.
El planteamiento de Dinwiddie es realmente brillante, pero choca con la normartiva de la NBA e incumpliría, en principio, el convenio colectivo suscrito entre la liga y los jugadores.
Dinwiddie, que esta temporada percibe 10,6 millones de dólares y que en la próxima recibirá 11,45 millones, quiere recaudar fondos procedentes de los aficionados a través de GoFundme. Su idea es conseguir una recaudación de 2.625,8 bitcoins, que dicho así parece poco, pero que en realidad es una fortuna que asciende a 24,6 millones de dólares.
Si no consigue en un mes recaudar ese dinero, donará lo recaudado a proyectos de caridad. De conseguirlo, su idea es que los aficionados voten en qué equipo ha de jugar una vez concluya su relación con los Nets, lo que le llevaría a firmar por el equipo elegido un contrato mínimo, puesto que no precisaría un sueldo de su nivel, ya que contaría con una millonada recaudada.
No es la primera vez que Dinwiddie hace un planteamiento singular a la NBA que deja a todos perplejos. Su imaginación y creatividad, así como su capacidad para innovar, le llevó a presentar su actual contrato como un plan de inversión digital.
El jugador planteaba la siguiente idea: pedir el dinero del contrato por anticipado, algo que ya hacen otros jugadores, y que parte de ese contrato contara con la participación de los aficionados como inversionistas, garantizando el jugador un gran negocio para los inversionistas, que conseguirían un 15% de beneficios a través de los intereses.
Está claro que Dinwiddie no se aburre ni dentro de la pista, ni fuera de ella.