Nunca unos Juegos Olímpicos se han disputado en un año impar. Tokio será la excepción que confirma la regla. Los juegos organizados por Japón se posponen a 2021 a causa de la pandemia del coronavirus covid-19.
Acuerdo entre el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach. No tenían ya capacidad de movimiento alguno: el coronavirus tenía atrapado a todo el deporte y con ello a la cita olímpica.
Los JJ.OO. solo se dejaron de celebrar en tres ocasiones (1916, 1940 y 1944) debido a las dos grandes guerra mundiales que vivió el siglo XX, pero nunca se habían pospuesto.
La presión sobre el COI era tremenda, un COI reticente por todo el volumen económico y organizativo que implica la cita olímpica (se habla de un coste de 67.000 millones de dólares por la cancelación).
Esa presión había venido desde las federaciones deportivas, los propios deportistas y algunos países que ya se habían mostrado tajantes: Australia, Canadá y Polonia ya habían dicho que no enviarían deportistas a Tokio en caso de celebrarse los Juegos este verano y Estados Unidos había apostado por un aplazamiento para disputarlos en 2021.
Nadie dudaba de que algo así pasaría. Con el coronavirus en plena expansión mundial y con todos los deportes suspendidos a nivel planetario, nadie podía pensar que la gran cita del deporte mundial no se iba a ver afectada.
En nuestro campo, el baloncesto y la NBA, la selección estadounidense de Gregg Popovich tendrá que esperar un año para defender su condición de vigente campeona olímpica y para resarcirse de su penoso Mundial de baloncesto.
También tendrán que esperar España y Argentina, con sus jugadores y exjugadores de la NBA pendientes de un compromiso en el que siempre han brillado a lo largo del siglo XXI.