Brooklyn Nets respira. El equipo neoyorquino ya tiene de nuevo en activo a Kyrie Irving tras una lesión que le ha dejado fuera de las canchas durante un par de meses, tiempo en el que se perdió 26 partidos.
Irving deja atrás la lesión que afectó a su hombro derecho, y lo hace de manera brillante.
Volvió este domingo a vestirse de corto el All-Star para mostrarse casi infalible. Rozó la perfección Irving en su regreso ante un rival de medio melo, Atlanta Hawks, que sin Trae Young fue ya un rival prácticamente inexistente.
Ganaron los Nets 108-86 con una efectividad máxima del protagonista de la noche. Irving sumó 21 puntos 4 rebobes y 3 asistencias en solo 20 minutos de juego en los que metió 10 de sus 11 tiros de campo, un 90,9% de efectividad que supone su mejor acierto en el tiro en todos los años que lleva en la NBA.
El base de Brooklyn Nets erró su primer tiro de campo para después anotar 10 de forma consecutiva.
El partido tuvo el doble aliciente de ver al visitante Vince Carter visitar por última vez en su carrera la cancha de la que fue su franquicia, cuando estaba radicada en Nueva Jersey, durante 4 años y medio.
Más allá de todo eso, el Nets-Hawks careció de emociones fuertes en lo competitivo. El primer cuarto terminó 37-16 con una canasta sobre la bocina de Caris LeVert y al descanso el marcador nos dejaba un contundente 70-46 con 7 jugadores locales en 7 o más puntos bajo el liderazgo ofensivo de Irving, LeVert y Prince.
En definitiva, regreso cómodo para Irving, que aprovechó la fragilidad del rival para lucirse jugando un tiempo limitado.