La Conferencia Oeste sigue ganando poder en la NBA. La brecha con el Este sigue agrandándose sin que nadie pueda parar un modelo de competición anclado en el desequilibrio. Este año el poderoso Oeste traslada su epicentro deportivo y mediático a la ciudad de Los Ángeles.
Lakers y Clippers atraen todos los focos hacia un Staples Center que promete grandes emociones esta temporada con el duelo entre los dúos LeBron James-Anthony Davis y Kawhi Leonard-Paul George. Pero no hay que olvidar a Warriors, que traslada su casa a San Francisco, ni a Nuggets, un equipo en desarrollo imparable. Tampoco a Rockets, con la pareja formada por James Harden y Russell Westbrook, que se reencuentran tras su etapa Thunder. Además, atentos al debut de Zion Williamson en la NBA.
Eso sí, en esta brutal conferencia hay también dos equipos a los que hay que estar muy atentos porque son eso ante todo, equipos. Se trata de Portland Trail Blazers, que viene de ser finalista del Oeste, y de Utah Jazz.
DIVISIÓN NOROESTE
DENVER NUGGETS (54-28 en la pasada temporada).- Los Nuggets consiguieron la pasada campaña 54 triunfos en fase regular y apuraron los playoffs hasta que Portland les apeó del camino hacia el título en una dramática serie. Ahora, meses después de ese traspiés, Denver parece preparado para afrontar un destino ganador, o al menos para intentarlo con más fuerza. Equipo de sobra tiene para ello.
Denver está llamado a hacer grandes cosas por su joven talento, por su profundidad como plantilla, por su ya adquirida carga de experiencia a partir de los pasados playoffs y porque tiene un líder mayúsculo, Nikola Jokic, el mejor pívot de la NBA en competencia con Joel Embiid.
Estos Nuggets de Michael Malone (en los que sigue como técnico el español Jordi Fernández y como jugador Juancho Hernangómez) han de basar su juego en Jokic, con en el apoyo esencial de Jamal Murray -extensión de contrato incluida- y Gary Harris, así como la experiencia de Paul Millsap. El equipo de Colorado tiene seguridad puesto a puesto, con suplentes de calidad como Monte Morris, Malik Beasley, Will Barton (en la línea titular-suplente), el recién llegado Jerami Grant o Mason Plumlee, entre otros. Y mucha atención al año de novato del recuperado Michael Porter Jr., porque este joven le puede dar un toque extra de calidad a un equipo impecable.
PORTLAND TRAIL BLAZERS (53-29).- Con los Blazers nadie cuenta al principio de cada pretemporada, pero siempre están ahí. Tanto están ahí que la pasada temporada llegaron de forma inesperada a las Finales del Oeste a partir de una nueva obra maestra desde el banquillo de Terry Stotts, un técnico espectacular. Repetir esa hazaña, tal y como se ha conformado el Oeste este verano, parece tarea casi imposible.
A Portland le define un verbo: infravalorar. Es un equipo infravalorado con una estrellas infravaloradas y con un entrenador infravalorado. Todo sumado conforma un equipazo que pone en evidencia siempre a los agoreros y a los desconfiados. La pareja Damian Lillard-C.J. McCollum ya no tiene nada que demostrar. Es un dúo letal en el exterior. El plantel tiene recorrido gracias a los inteligentes movimientos de mercado de Neil Olshey. Pero el problema se le presenta a Portland en la pintura.
Ese problema no es por cantidad de hombres altos ni por calidad, ni mucho menos. Ese problema lo dan las circunstancias. Contar con Jusuf Nurkic, Hassan Whiteside, Pau Gasol y Zach Collins es un lujazo, pero Nurkic está recuperándose de una gravísima lesión, Whiteside tiene a sus espaldas una actitud dudosa en Miami y Pau sigue lesionado. El equipo cuenta, por otra parte, con un notable ejército de secundarios, con jugadores como Rodney Hood, Anthony Tolliver o los recién fichados Kent Bazemore y Mario Hezonja. Habrá que ver si Skal Labissiere evoluciona y cómo es el primer año del alero novato Nassir Little.
UTAH JAZZ (50-32).- Los Jazz es otro equipo hacedor de milagros con un gurú incontestable en el banquillo (sobre todo en materia defensiva) como es el gran Quin Snyder, que acaba de extender su contrato. Este equipo sobrevivió a lo grande tras la marcha de Gordon Hayward, y eso es mucho. Snyder afronta su sexto año al frente de los Jazz tras haberlos llevado a los playoffs en los últimos 3 cursos y haber alcanzado 2 veces las semifinales de conferencia. Y ahora los Jazz son más equipo que el año pasado gracias a un excelente trabajo en los despachos en la agencia libre.
Se fueron Ricky Rubio, Derrick Favors, Jae Crowder y Kyle Korver, pero llegaron para aportar más poder ofensivo Mike Conley, Bojan Bogdanovic y Jeff Green (a los que hay que añadir el trabajo interior de Ed Davis), todas ellas grandes incorporaciones, especialmente la del base, que puede dar al equipo ese salto de calidad que necesita para codearse con los más grandes de la liga.
Utah mantiene a su núcleo duro formado por Donovan Mitchell, Rudy Gobert y ese hombre orquesta llamado Joe Ingles. Ha habido nada menos que 11 altas y 10 bajas en un equipo exitoso que ha decidido renovarse para dar un paso más hacia la ambición máxima. Habrá que ver qué puede aportar Emmanuel Mudiay como base de repuesto. Lo cierto es que el único punto débil del equipo está en la poca profundidad de banquillo en los puestos de escolta y alero. Más allá de ello, un equipo a seguir con detenimiento.
OKLAHOMA CITY THUNDER (49-33).- Se acabaron los buenos tiempos para OKC Thunder, un equipo que en dos años se ha quedado sin el big three que conformaron Russell Westbrook, Paul George y el frustrante Carmelo Anthony. La marcha este verano de Westbrook (a Rockets) y George (a Clippers) es un tremendo varapalo para una franquicia que llegó a tener en sus filas jugando juntos hace años a Kevin Durant, Russell Westbrook y James Harden. Podría haber sido Thunder una franquicia que hiciera historia, pero no la hizo en su día y ahora se encuentra en su momento más bajo.
Un equipo que pierde de golpe a Westbrook, George, Markieff Morris y Jerami Grant no puede pretender hacer nada en la temporada. Los playoffs serán territorio ajeno para estos Thunder que se hicieron con Chris Paul y Danilo Gallinari este verano.
Chris Paul no es el actual Russell Westbrook, además de que todo apunta a que la desmotivación del base jugando en Oklahoma puede ser un serio hándicap para un equipo cuyas bases han de ser el citado Paul, el también base Dennis Schröder, el italiano Gallinari y el pívot Steven Adams. Motivos para la esperanza ha dado en la pretemporada un brillante Shai Gilgeous-Alexander, especialmente viendo que lo de la lesión de Andre Roberson no parece tener arreglo. Y luego está por ver qué nos deparará este año el estancado Nerlens Noel. Temporada sin historia para este equipo.
MINNESOTA TIMBERWOLVES (36-46).- Otro equipo sin expectativas por mucho que su gran estrella, Karl-Anthony Towns, se empeñe en pensar que puede llegar a playoffs. No, Minnesota no tiene mimbres para tan altos logros. Eso sí, tiene una estrella rutilante que no para de crecer, un Towns ciertamente espectacular que es el líder indiscutible de su equipo, más aún con la decepción que acompaña últimamente al alero Andrew Wiggins, que tiene la obligación de reivindicarse esta temporada o empezar a caer en el pozo de las potenciales estrellas que se quedaron en la potencia y no en el acto.
Towns, Wiggins y el base Jeff Teague han de configurar el trío fuerte de este equipo que ha ido decepcionando año a año y que tuvo su mayor revés en el fracaso del proyecto emprendido con Jimmy Butler.
Ryan Saunders, de 33 años, no parece un técnico destinado a exprimir de forma notable a su plantel. A eso hay que añadir el poco acompañamiento que tendrá Towns en la pista. Si acaso las ayudas de Robert Covington, Noah Vonleh, Gorgui Dieng... si acaso, solo si acaso. Eso sí, el equipo encierra un interés llamativo en la figura del novato Jarrett Culver. El ex de Texas Tech, número 6 del pasado draft, está llamado a ofrecer buenos números en su primer año como jugador profesional.
DIVISIÓN PACÍFICO
GOLDEN STATE WARRIORS (57-25).- ¿Qué esperar este año de los Warriors? Esa es la gran pregunta, y no tiene una fácil respuesta. Perder a Kevin Durant, Andre Iguodala, Shaun Livingston y Quin Cook, y estar buena parte de la temporada sin Klay Thompson implica mucho para un equipo que viene de jugar 5 Finales de la NBA en 5 años y ganar 3 títulos. Las Finales contra Raptors resultaron demoledoras en todos los aspectos. El precio empezará a pagarse en el curso que está a punto de empezar, aunque ya se pagó en las propias Finales.
Es esta una temporada de mudanza física para el equipo, que se traslada a San Francisco, pero también de mudanza sentimental, porque queda atrás un lustro dorado y porque se han marchado jugadores emblemáticos para la franquicia. No esperaba Golden State que sus inicios en San Francisco, preparado todo para que fuera un salto estelar desde Oakland, fueran como van a ser.
En el lado positivo, pensar que Warriors va a formar con un trío integrado por Stephen Curry, que tendrá que ser aún más agresivo en ataque, el recién llegado D'Angelo Russell, enorme su campaña en Nets, y Draymond Green. Y que cuando se recupere Klay Thompson, Warriors contará con un big four de lujo que situará al equipo en los más altos estándares. En el lado negativo, la falta de rotación profunda a la que se enfrenta Steve Kerr. Es cierto que ha llegado otro importante refuerzo en la figura de Willie Cauley-Stein, y que sigue el progreso de Kevon Looney, pero a este equipo profundamente renovado le falta alcance en su segunda unidad. Eso sí, la calidad de sus estrellas irá arreglando este lastre.
LOS ANGELES CLIPPERS (48-34).- ¡Vaya agencia libre la de los Clippers! De golpe y porrazo los angelinos se hicieron con Kawhi Leonard, MVP de las Finales tras su obra maestra con Toronto, y con Paul George, en la terna finalista para MVP de la temporada. Dos jugadores totales, que dominan los dos lados de la cancha, que defienden, que atacan, que lideran, que hacen equipo. Su llegada hace de este equipo un contendiente directo al título, más aún por la configuración que tiene su plantel, un plantel enorme en materia defensiva.
Si el gran Doc Rivers logró 48 triunfos y acceso a playoffs con el equipo que tenía el curso pasado, ¿qué no podrá hacer con la plantilla que ahora tiene en sus manos? Pero tampoco hay que vender la piel antes de cazar al oso, que luego vienen los desencuentros con la realidad y las frustraciones. Rivers, que tendrá como segundo a Tyronn Lue, sabe muy bien cómo gestionar un plantilla con grandes estrellas. Ya lo hizo con éxito en los Celtics. Esa es otra gran ventaja.
A Leonard y George hay que añadir jugadores como Lou Williams, Montrezl Harrell, Patrick Beverley y JaMychal Green, así como jugadores también sugestivos en la aportación colectiva como Landry Shamet, Rodney McGruder o los recién fichados Moe Harkless y Patrick Patterson. Habrá que esperar cuál es la evolución del joven Ivica Zubac, pero lo que está claro es que a este equipo ha llegado mucho más de lo que se ha ido, conformando una plantilla ganadora que aspira a todo en una temporada en la que la rivalidad Lakers-Clippers hará del Staples Center y de la ciudad de Los Ángeles los centros neurálgicos de la NBA.
SACRAMENTO KINGS (39-43).- Este equipo engaña mucho. Es cierto que no tiene una estrella rutilante que enganche con el público masivo y con los medios de comunicación, pero Vlade Divac ha ido confeccionando una plantilla llena de atractivos individuales y colectivos que están llamados a dar sus dividendos. Esos dividendos pueden ser una buena temporada, superar las 39 victorias de la pasada campaña y aspirar a meterse en playoffs, aunque los playoffs en el Oeste esta vez están carísimos.
Luke Walton quiere olvidar su mala experiencia con Lakers y, de la mano de un ayudante como Igor Kokoskov, busca exprimir un equipo muy interesante liderado por dos jugadores en crecimiento, De'Aaron Fox y Buddy Hield, un alero anotador, Harrison Barnes, y un interior de segundo año, Marvin Bagley III, que fue el segundo del draft en su día y que tiene este año campo abierto para explotar a partir de la marcha del equipo del pívot Willie Cauley-Stein.
A ese cuarteto se une un grupo de auténtico lujo integrado por Bogdan Bogdanovic, Nemenja Bjelica y Trevor Ariza. Y en un tercer plano, incorporaciones como Cory Joseph y Dewayne Dedmon, así como la posible evolución de Harry Giles. Estos Kings tienen un grupo muy compacto al que no le falta calidad, un grupo muy bien construido, trabajado con esmero. Veremos qué puede hacer con él el bueno de Walton.
LOS ANGELES LAKERS (37-45).- Los Lakers, sí, los Lakers, el equipo histórico, la franquicia mediática, el club que lleva ya años sin ser capaz de acceder a los playoffs y que el pasado curso deparó una de las más lamentables decepciones en la historia de la NBA al no jugar la postemporada a pesar de haber adquirido al mismísimo LeBron James. Eso sí, tras aquel estrepitoso patinazo, los Lakers llegan a esta temporada con espíritu renovado en el más amplio sentido de la palabra, ya que se han renovado por dentro y por fuera. Hubo cambios de gran calado en sus despachos, hubo renovación total en su cuerpo técnico y hubo un cambio radical en la configuración de la plantilla.
Para empezar, llegó el deseado Anthony Davis para formar tándem con LeBron James. Palabras mayores. Un dúo celestial que ha de poner a Lakers en la persecución del título. Pero es que este verano hubo 12 altas y 10 bajas. Solo continuaron en el equipo LeBron, Kyle Kuzma, que está llamado a ser el tercer anotador de Lakers, Rajon Rondo, Kentavious Caldwell-Pope, JaVale McGee y Alex Caruso.
Se fueron los prometedores jóvenes Lonzo Ball, Brandon Ingram y Josh Hart en el traspaso de Davis desde Pelicans. Pero a cambio el equipo se ha reforzado de manera notable. Han llegado Danny Green, Avery Bradley, Jared Dudley y Quin Cook, con lo que los Lakers incrementan su capital defensivo. Todas las posiciones quedan bien cubiertas y la baja de DeMarcus Cousins, un duro golpe para la franquicia, parece que estará bien cubierta por McGee y Dwight Howard, al que se le ha visto centrado y en forma en la pretemporada. Todo ello con un auténtico trío de lujo en el banquillo integrado por los técnicos Frank Vogel, Jason Kidd y Lionel Hollins. LeBron puede empezar a sonreír un poco a la espera de resultados.
PHOENIX SUNS (19-63).- Borrón y cuenta nueva tras una temporada penosa saldada con 19 triunfos. Los Suns seguirán sin poder acceder a playoffs esta temporada, pero al menos han virado su rumbo para configurar un equipo con criterio que basará su juego en un trío de configuración clásica, cada vez menos en boga en el baloncesto NBA: un base, el recién fichado Ricky Rubio, un exterior anotador, el killer Devin Booker, y un interior dominador, Deandre Ayton, el que fuera número uno del draft, un joven con un potencial espectacular.
Rubio llega a Suns con el premio de MVP del Mundial bajo el brazo y con la convicción de que en este equipo volverá a subir notablemente su número de asistencias, volviendo a los parámetros que mostró en Minnesota. Habrá que ver lo que pide Monty Williams al base español, un Monty Williams que vuelve a los banquillos y que constituye la gran novedad de estos Suns.
Además, llegan buenos refuerzos, aunque llama la atención que los mejores fichajes se concentren en la pintura, con nombres como Dario Saric, Aron Baynes, Frank Kaminsky o Cheick Diallo. Demasiada concentración de hombres altos. A ellos hay que añadir buenos jugadores que ya estaban en el equipo. Los más destacados: Tyler Johnson y Kelly Oubre. La idea es ir construyendo poco a poco el futuro, toda vez que el presente queda aún muy lejos del éxito.
DIVISIÓN SUDOESTE
HOUSTON ROCKETS (53-29).- La pasada campaña supuso un parón en la progresión de este equipo. Los Rockets no alcanzaron la excelencia que les llevó a luchar de tú a tú el año anterior con unos Warriors en su máximo esplendor. Muy al contrario, el equipo pareció encontrar una barrera en su ascenso, algo a lo que contribuyeron las lesiones. James Harden tuvo que hacer un esfuerzo adicional anotando 36,1 puntos por partido, y ni aún así dio para que el equipo fuera una fuerza viva real en el Oeste. Por eso, la franquicia decidió hacer un movimiento audaz este verano: volver a reunir a Harden y a Westbrook tras muchos años de separación siguientes a su aventura con Thunder.
Se fue Chris Paul para dar entrada a Russell Westbrook. Visto así, la ganancia de Houston es indudable. Pero ahora viene la pregunta clave: ¿Qué podrá más, la amistad entre Harden y Westbrook o el amor de los dos por el balón? Compartir, esa es la palabra clave que manejan todos a la hora de que este proyecto tenga éxito. Harden y Westbrook al máximo nivel pueden ser demoledores juntos, más aún si les añades las aportaciones de Eric Gordon y Clint Capela, y si a ese cuarteto se le suman Austin Rivers, P.J. Tucker, los fichajes de Ben McLemore y Thabo Sefolosha, la posible resurrección deportiva de Ryan Anderson, la experiencia de Tyson Chandler y Nene...
Como contrapunto, el golpe que ha supuesto la grave lesión de Gerald Green, que se perderá la temporada al completo. Y otra pregunta, ¿podrá Mike D'Antoni seguir llevando al límite su estrategia de entrar a canasta o tirar de 3 sin medias tintas? Para muchos, me incluyo entre ellos, es difícil de encajar un juego que se basa en aclarados y triples y más triples, un juego que, por otra parte, ha creado escuela en la NBA y empezará a agotarse previsiblemente por el estudio que hacen los equipos rivales de este tipo de ofensivas. Pero este año, con Harden y Westbrook todo es posible para estos Rockets.
SAN ANTONIO SPURS (48-34).- Gregg Popovich viene de un aciago verano con la selección de Estados Unidos y se enfrenta ahora a uno de sus más exigentes retos: llevar a estos Spurs a los playoffs. De conseguirlo, ¡serán ya 23 años seguidos en la postemporada! Una auténtica barbaridad. Pero el objetivo se antoja esta vez harto complicado.
Los líderes de Spurs, LaMarcus Aldridge y DeMar DeRozan, no parecen estar en el momento óptimo de sus respectivas carreras profesionales, aunque siguen siendo una garantía, y la franquicia se quedó con un palmo de narices cuando su gran apuesta en el mercado, Marcus Morris, la dejaba tirada para irse a Knicks tras alcanzar un acuerdo verbal con los Spurs, una espantada que provocó un daño adicional a San Antonio, que para hacer posible esa operación perdió al letón Davis Bertans. Luego, Spurs fichó desde la urgencia a Trey Lyles. Pero, claro, Lyles no es Morris.
Más allá de eso, Spurs apostó por la continuidad, por seguir con jugadores que conocen al dedillo los sistemas de Popovich. En ese amplio elenco de jugadores con pedigrí por pasado, presente o futuro están Dejounte Murray, Patty Mills, Rudy Gay, Marco Belinelli, Bryn Forbes, Derrick White y los recién fichados Lyles y DeMarre Carroll. Es un equipo ciertamente profundo, pero solo el tiempo dirá si lo suficientemente bueno para jugar o no los Playoffs 2020.
MEMPHIS GRIZZLIES (33-49).- Vienen tiempos de reconstrucción en unos Grizzlies que dejaron atrás la etapa más brillante de su historia, una etapa comandada por Mike Conley -actualmente en Jazz- y Marc Gasol -campeón en junio con Raptors-. Ahora toca ir poco a poco, apostar por la juventud y construir desde prácticamente la nada con un entrenador novato, Taylor Jenkins, al frente de las operaciones del equipo.
Dentro de ese caudal gris hay una pequeña perla que motiva a la afición de Grizzlies. Se llama Ja Morant, ha sido la segunda elección del último draft y está llamado a jugar muchos minutos como rookie desde la titularidad para aspirar a ser Novato del Año. Morant y el joven pívot Jaren Jackson Jr. han de ser focos de atención en un equipo en el que Jonas Valanciunas, ausente en la pretemporada, está llamado a convertirse en una pieza esencial del juego. Está el lituano ante su gran oportunidad para hacer los números más espectaculares de su carrera NBA.
La reconstrucción emprendida ha llevado a Memphis a dar de baja a 11 jugadores y a hacerse con 12. Casi no ha quedado nada de la pasada temporada. Entre los adquiridos, un jugador que no va a jugar: el gran Andre Iguodala. Eso sí, Grizzlies espera conseguir algo a cambio de él, ya que no va a gozar de su juego. Habrá que estar atentos al aterrizaje en el equipo de Grayson Allen, a los aportes defensivos de Kyle Anderson y Jae Crowder, a la progresión de Dillon Brooks y a un novato que promete mucho y que ha hecho una gran preparación en octubre, Brandon Clarke. Y tendremos que analizar si Josh Jackson se queda estancado, como en su versión de la pasada temporada, o vuelve a ser el jugador que ilusionó en su año de novato.
NEW ORLEANS PELICANS (33-49).- A rey muerto, rey puesto. Es el caso de estos Pelicans, que dejan atrás la era del gran Anthony Davis para ponerse en manos de la pretendida era de Zion Williamson, el apasionante número 1 del pasado draft, un jugador que ha enamorado en la pretemporada con numerazos, pero que no podrá empezar con sus compañeros la temporada por una lesión de rodilla. Se perderá varias semanas y habrá que esperar para ver el debut del nuevo fenómeno.
Más allá de Zion, hay equipo. Porque si algo tienen estos Pelicans de Alvin Gentry es profundidad en su rotación, juventud y calidad. Llegaron desde Lakers Lonzo Ball, Brandon Ingram, tras una notable campaña en L.A., y Josh Hart. También aterrizaron este verano en Nueva Orleans Derrick Favors y el italiano Nicolo Melli, así como ese tirador excepcional que es J.J. Redick. Y habrá que esperar a ver si Jahlil Okafor deviene en el Jahlil Okafor de su temporada de novato.
Por si fuera poco, los Pelicans consiguieron un gran robo en el pasado draft en la figura de Nickeil Alexander-Walker y también se hicieron con el novato Jaxson Hayes. Atención a estos dos, especialmente al primero. Es decir, estamos ante un equipo cargado de juventud y talento, y un equipo al que también han llegado jugadores con experiencia. Pero no olvidemos que este equipo, más allá de Zion Williamson, ha de ser el equipo de Jrue Holiday. Porque Holiday es el elegido para liderar en la cancha y en el vestuario a estos Pelicans que perdieron a Anthony Davis y Julius Randle, que se quedan toda la temporada sin Darius Miller por una gravísima lesión, pero que están cargados de optimismo.
DALLAS MAVERICKS (33-49).- Dallas Mavericks es el equipo de Luka Doncic. El vigente Novato del Año impactó a todos en su año de debut en la NBA, pero le faltó equipo a su alrededor. Ahora, sigue sin tener un plantel que le garantice los playoffs, pero al menos tiene un acompañante de lujo que por fin está sano, Kristaps Porzingis.
Este es el año en el que ya queda atrás la era Nowitzki y empieza en solitario la era Doncic, de Doncic con Porzingis. Europa siempre presente en Dallas. Ver jugar al esloveno y al letón juntos esta pretemporada ha llenado de buen tono a la afición de los Mavs. Ellos dos tienen que componer el ataque de Dallas junto a Tim Hardaway Jr., bajo la batuta maestra de Rick Carlisle desde el banquillo. Soñar es gratis. Por eso, Dallas sueña con la postemporada, pero viendo el perfil del Oeste... se antoja una empresa muy difícil.
Una excelente noticia para Mavericks es la recuperación plena de J.J. Barea de su lesión de Aquiles. Barea es un crack en todos los sentidos y es el capitán de este equipo, un tipo amado por la afición. Un dato curioso de estos Mavs es que cuentan con dos jugadores que están por encima de los 2,20 de altura: Porzingis y el recién fichado Marjanovic. Han llegado también al equipo dos jugadores interesantes, Seth Curry y Delon Wright. Más allá de eso, Dallas conserva a jugadores como Jalen Brunson, Justin Jackson, Maxi Kleber y Dwight Powell, todos capaces de hacer equipo, así como al ya un tanto decadente Courtney Lee. Temporada para disfrutar sin más del tándem Doncic-Porzingis. Lo demás será una bella añadidura.