Portland quedó tercero en el Oeste sin hacer ruido. Casi no se habló del equipo de Terry Stotts a lo largo de la temporada, un curso culminado en hazaña. Pero es que hoy Porltand ha volado hacia lo imposible, hasta ser finalista de la Conferencia Oeste por primera vez en los últimos 19 años.
Los Blazers han ganado en el Pepsi Center el séptimo partido a Denver Nuggets. Victoria por 96-100 tras llegar a estar 17 puntos abajo en el inicio del segundo cuarto (39-22).
Un héroe con letras mayúsculas en el pase de Portland a las Finales del Oeste (les esperan los Warriors). Ese héroe no es otro que C.J. McCollum. Tremendo partido del escolta, que ha terminado el choque con 37 puntos, 9 rebotes, un 17 de 29 en el tiro de campo, un brutal tapón a Jamal Murray y canastas decisivas en la recta final tras jugar 45 minutos. Ningún jugador de Blazers había anotado tantos puntos en un séptimo partido en la historia de la franquicia. Palabras mayores.
El partido memorable de McCollum coincidió con un partido menor, muy menor, malo, de la gran estrella de Portland, Damian Lillard, que no anotó su primera canasta hasta mediado el segundo cuarto y que terminó con 13 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias tras hacer un penoso 3 de 17 en el tiro.
Increíble el trabajo defensivo de los chicos de Stotts para acotar el juego ofensivo de Denver. Increíble que el equipo pudiera ganar con el peor Lillard, lesionándose seriamente en el tercer cuarto Rodney Hood, cometiendo su quinta falta también en el tercer acto un Zach Collins que estaba rindiendo, jugando sin Aminu y teniendo a Enes Kanter con un hombro muy tocado.
A pesar de ello, el turco jugó 40 minutos para hacer 12 puntos y 13 rebotes, Collins puso 4 tapones hasta que las faltas arruinaron su partido y Evan Turner tiró de experiencia para ser decisivo al aportar 14 puntos y 7 rebotes, además de meter 4 libres cruciales en los últimos segundos.
Denver se encasquilló desde el perímetro. Metió sus 2 primeros triples para luego fallar 17 seguidos y acabar con 2 de 19 (Portland no le anduvo a la zaga con 4 de 26).
Los locales solo perdieron 5 balones -los visitantes solo extraviaron 4-, cifras sorprendentes para un séptimo partido. El problema de Denver radicó en sus malos porcentajes de tiro y, sobre todo, en cómo el rival cortó la brillante circulación de balón del equipo de Michael Malone, que solo sumó 15 asistencias, con Nikola Jokic en 2, una cifra impropia de él.
A pesar de ello, Jokic fue la gran estrella local, si bien no pudo evitar la derrota. Falló un tiro libre importante en la recta final, pero sus números le avalaron de nuevo. Acabó el serbio con 29 puntos, 13 rebotes y 4 tapones.
Gary Harris metió 15 y Torrey Craig, que se dañó un dedo, hizo un fabuloso trabajo defensivo ante Lillard. Pero otros no funcionaron tan bien. Jamal Murray, por ejemplo, metió 17 puntos con un penoso 4 de 18 en el lanzamiento y Paul Millsap aportó muy poco pese a su gran experiencia.
El equipo de Juancho Hernangómez, que no jugó de nuevo, se queda fuera de las Finales del Oeste tras hacer una fantástica temporada. Era el equipo más joven de estos playoffs y esa juventud le ha pasado factura en el momento final.