Golden State Warriors dejó atrás la polémica sobre el arbitraje del primer partido mostrándose muy superior a Houston Rockets de principio a fin. Los de Steve Kerr dominaron el partido, un partido al que Houston se agarró de manera sorprendente hasta que no pudo más.
Los locales lograron una máxima ventaja de 14 puntos en el primer cuarto, otra de también 14 en el segundo, se fueron de 15 en un momento dado del tercer período y acumularon 12 de máxima en el cuarto acto, y a pesar de todo ello nunca supieron romper definitivamente el partido dando ocasión a Houston de reengancharse continuamente al mismo.
El encuentro nos dejó en el primer cuarto dos acciones importantes. En la primera de ellas, Stephen Curry se dislocó un dedo; en la segunda, James Harden sufrió un arañazo en el ojo izquierdo. Ambos tuvieron que abandonar la pista para luego volver a ella. Fue un poema ver a Harden jugando al límite de su visión, con evidentes gestos de dolor. A pesar de ello fue el mejor de su equipo.
Ganaron los Warriors 115-109 tras dominar todo el partido sin saber rematar definitivamente al rival, un rival que murió a causa de los 18 rebotes cedidos en su propia canasta y las 17 pérdidas de balón cometidas por sus jugadores.
El partido nos dejó a los 10 titulares anotando 10 o más puntos, una circunstancia poco común.
En Golden State, Kevin Durant lideró la ofensiva con 29 puntos, bien acompañado por los 21 de Klay Thompson y los 20 de Curry, que hizo un pobre 3 de 13 desde el triple y que tuvo que lidiar con problemas de faltas a lo largo del partido.
Fundamentales fueron también los papeles de Andre Iguodala (16 puntos en una actuación completa) y el todoterreno Draymond Green, que volvió a estar inmenso con 15 tantos, 12 rebotes y 7 asistencias.
Por parte visitante, 29 puntos de James Harden a pesar de su calvario visual, 18 tantos de Chris Paul, intenso toda la noche, dobles-dobles de Clint Capela -eliminado a 41 segundos del final- y P.J. Tucker -jugando 41 minutos- y notable partido de Austin Rivers desde la segunda unidad.
Los Rockets se llegaron a acercar a 4 puntos (113-109) a 3 segundos del final producto de la relajación de unos Warriors que nunca vieron peligrar su victoria. Pero esa reacción a la desesperada llegó demasiado tarde.
Warriors alcanzó un 22-8 jugándose el primer cuarto, un 58-44 en el segundo período, un 82-67 como máxima ventaja del partido en pleno tercer cuarto con un triple de Thompson celebrado a lo grande desde la banda por Curry y un 102-90 en el cuarto final antes de la relajación que acortó la desventaja de Houston al final del encuentro.
El equipo de Oakland se pone 2-0 en una serie que viajará en el tercer partido al estado de Texas con los Warriors conservando el factor cancha.