Terminó la temporada para Ricky Rubio. La derrota sufrida anoche por Utah Jazz ante Houston Rockets (100-93) puso el 4-1 en la serie y supuso la eliminación del equipo de Salt Lake City. Ahora toca pensar en el futuro.
Ese futuro no está nada claro en el caso del internacional español, tal y como el jugador ha reconocido: "No tengo ni idea de dónde voy a jugar la próxima temporada", ha declarado.
Sobre su futuro, Rubio ha señalado que "depende de muchas cosas".
"Voy a mirar con el entrenador y el equipo lo que más me convenga", ha explicado Ricky, que asegura que su máxima prioridad no es otra que ser feliz.
Rubio, de 28 años, ha completado su octava temporada en la NBA, su segunda con Utah Jazz, ofreciendo números muy parecidos, aunque algo peores, que los del pasado curso.
Jugó 68 partidos de fase regular y tuvo que lidiar durante buena parte de la campaña con sus recurrentes problemas musculares.
Eso sí, su rendimiento, tal y como ocurriera en el pasado curso, mejoró en los playoffs, donde promedió 15,4 puntos, 8,6 asistencias y 2,4 robos en 33,6 minutos tras jugar los 5 partidos ante Houston, siendo su único lunar el pobre 20% que presentó desde el triple.
Habrá que esperar al mercado estival, el momento en el que se dirimirá el futuro de Rubio, que será agente libre en julio.