LeBron James hizo anoche historia en una jornada ciertamente triste para él. En lo individual, consiguió algo que nadie ha logrado jamás en la NBA; en lo colectivo, sus Lakers fueron un auténtico desastre al perder 110-105 ante los Grizzlies de Memphis.
James sumó su sexto triple-doble de la temporada con 24 puntos, 12 rebotes y 11 asistencias, tercero del mes de febrero, pero lo más destacado es que se metió entre los 10 máximos asistentes de la historia de la NBA al superar a Andre Miller (8.524 asistencias) y situarse décimo con 8.535.
Pero lo verdaderamente histórico es que con ese acceso LeBron se convierte en el primer jugador de la NBA que está en la lista de los 10 máximos anotadores y los 10 máximos pasadores.
LeBron es el sexto anotador de la historia con 32.162 puntos y es el décimo pasador con esas 8.535 asistencias.
El que más cerca está de ese logro se retiró hace muchos muchos años. Se trata de Oscar Robertson, que es duodécimo anotador y sexto pasador.
A pesar del logro histórico, James se fue del FedExForum de Memphis con gesto triste, con un profundo mosqueo con el equipo y consigo mismo, con cara de abatimiento, como si empezara a dudar seriamente de sus Lakers.