Warriors y Pelicans protagonizaron otro partido más propio de All-Star que de una competición seria. No hubo defensas en el Oracle Arena y sí hubo una catarata de triples que parecía no terminar nunca. Al final, los favoritos ganaron 147-140.
El partido fue una locura. Al descanso, 66-71 para Pelicans; el tercer cuarto nos dejó un parcial de 44-38; los Warriors anotaron 81 puntos en la segunda parte (81-69 fue el marcador). Esquizofrenia pura con récord NBA de triples: ¡43 entre los dos equipos! Warriors hizo 24 y Pelicans 19 con las dos escuadras moviéndose en torno al 50% de acierto.
Pocas pérdidas de balón en los 48 minutos (no defendió casi nadie) y 70 asistencias en el partido (33 y 37).
Todo esto nos deja un marco abonado para el lucimiento personal sin grandes compromisos defensivos, para un juego propio de no agresión hasta el momento crucial.
Golden State sumó su sexto triunfo seguido. Lo hizo con 41 puntos y 9 triples de Stephen Curry, que no ha bajado de 8 triples anotados en los últimos 3 partidos hasta totalizar 28.
Además, gran partido de Kevin Durant con 30 puntos, 15 rebotes y 5 triples, 19 tantos de un Klay Thompson menor y excelente producción de Draymond Green con 17 puntos, 6 rebotes y 14 asistencias (venía de dar 13 en el anterior partido). Kevon Looney, Shaun Livingston y Andre Iguodala ayudaron.
En Pelicans, 30 puntos, 18 rebotes, 7 asistencias y 3 tapones del siempre inmenso Anthony Davis y resurrección de Nikola Mirotic con 29 puntos en 29 minutos tras meter 6 triples con un 60% de acierot.
Junto a ellos, Jrue Holiday (25 puntos y 7 asistencias) y Julius Randle (23 puntos y 7 rebotes en 22 minutos).