Luka Doncic tiene la pista en la cabeza y por eso la domina. El esloveno tiene un mapa del juego en sus ojos, no le asusta el contacto físico y mucho menos la responsabilidad de cargar con el baloncesto de un equipo. Anoche volvió a demostrarlo.
Dallas venía de perder 6 partidos consecutivos, 5 de ellos en casa, todos por 10 o menos puntos. Ante Pelicans tocó otro partido igualado, pero esta vez lo ganó Dallas (122-119) gracias a Doncic y a que jugaba en casa. Porque el equipo anda metido en un desequilibrio perturbador: suma un balance de 14-3 como local y de 2-14 como visitante. Tendrán que analizar las causas.
Doncic se echó al equipo encima desde el principio. En la primera parte (67-64) ya sumó 14 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias. Y se lo volvió a echar en el minuto final con decisiones ganadoras tales como meter 3 libres cruciales o capturar 2 rebotes defensivos decisivos.
Terminó el esloveno con 21 puntos, 9 rebotes, 10 asistencias y 1 sola pérdida de balón. Se hizo fuerte Luka desde los libres (11 de 12) y frágil desde el triple (0 de 5). Su conexión con DeAndre Jordan fue letal y llevó al pívot a acabar con 20 puntos y 12 rebotes tras hacer un 7 de 7 en el tiro.
Los locales pusieron 13 tapones (su récord de la temporada) con 6 en 24 minutos del alemán Kleber, algunos de ellos sumamente espectaculares. Dirk Nowitzki mejoró un poquito sus sensaciones en cancha y Devin Harris y J.J. Barea aportaron experiencia y acierto en los minutos decisivos.
Estupendo el puertorriqueño con 2 triples importantes en la recta final para acabar con 18 puntos y 7 asistencias. Otro partidazo de J.J.
Pelicans, otra vez sin Mirotic, tuvo triple para forzar la prórroga, pero Anthony Davis falló. El acierto hubiera sido un gran colofón tras una gran actuación, ya que la estrella visitante se fue a 32 puntos y 18 rebotes. Le acompañaron en la aventura los 25 puntos de Jrue Holiday y los 23 de Julius Randle. Los de siempre, vamos, en unos Pelicans que se van hundiendo poco a poco.