El Rockets-Wizards ya estaba decidido, pero en sus minutos de la basura aún quedaba un cabo por atar. El equipo texano buscaba el récord de triples anotados por un equipo en un partido de la NBA, y ese récord llegó a 31 segundos del final.
El triple que dio el récord a los Rockets lo anotó Michael Carter-Williams, un jugador con pésimos porcentajes de tiro en su carrera NBA. El suyo era el 26º triple de Houston en el encuentro. Batían así los de Mike D'Antoni los 25 triples convertidos por Cleveland Cavaliers en marzo de 2017.
Lo de anoche fue una auténtica lluvia de triples: ¡Houston lanzó 30 tiros de 2 puntos y 55 triples! Con acierto, eso sí: un 47% de efectividad.
El equipo fue un reloj en anotación (34, 36, 31 y 35 puntos en cada uno de los cuatro cuartos) con James Harden a la cabeza -35 puntos y 9 asistencias-.
Hasta 8 jugadores anotaron triples. Lideró la lista Harden con 6, secundado por los 5 de Chris Paul, los 4 de Eric Gordon y Gerald Green, los 3 de P.J. Tucker, los 2 de Danuel House y el triple que encestaron Gary Clark y el citado Carter-Williams. Es decir, Mike D'Antoni en su salsa, el juego del italo-estadounidense llevado al extremo.
De los 26 triples, 18 llevaron la firma de jugadores titulares y 8 llegaron desde la segunda unidad.
Mientras tanto, Trevor Ariza era testigo del bombardeo. Porque el alero regresaba al Toyota Center jugando con la camiseta de Washington Wizards.