Había regresado en los últimos partidos Chris Paul y todo parecía volver a la normalidad triunfal en los Rockets, hasta que anoche el equipo volvió a pinchar coincidiendo con una actuación ciertamente gris de Paul.
Nada hacía presagiar la debacle. El parcial de 24-38 del segundo cuarto había llevado a los Rockets al descanso con ventaja cómoda de 48-62. Pero la segunda parte fue otra historia: ¡Parcial de 55-29 en contra para perder 103-91 ante los Wolves y ponerse otra vez con récord negativo de 11-12!
Esa horrible segunda mitad se sustanció en dos números: ¡Los Rockets encajaron 38 puntos en el tercer cuarto y solo fueron capaces de meter 9 en el último! Colapso en los dos lados de la cancha.
Minnesota equilibra así su marca para ponerse 12-12. Lo hace bajo el liderazgo de Karl-Anthony Towns, que anoche se fue a 24 puntos y 11 rebotes, y con un quinteto titular demoledor que estuvo al completo en los dobles dígitos anotadores, y que nos dejó un doble-doble de Taj Gibson, además de mucha defensa.
Entre la suplencia, buen partido de Dario Saric y horrible actuación de Derrick Rose (¡0 puntos en 25 minutos!), pero aun con Rose en unas cifras inusuales Minnesota ganó.
Houston estuvo mal desde el triple y perdió 20 balones. Paul acabó con 5 puntos y un 1 de 8 en el lanzamiento de campo.
En realidad, el equipo solo contó con 2 jugadores. Fueron sus mejores piezas de la temporada: James Harden (29 puntos y 8 asistencias) y Clint Capela (24 tantos y 8 rebotes). Los demás apenas aportaron nada. Con la nota positiva de ver jugar unos minutos al brasileño Nene. Estos Rockets viven esta temporada en una preocupante depresión.