Era el gran partido de la jornada. No jugaba Stephen Curry. Pero volvía el polémico Draymond Green. Tras su sanción. Y tras tanto eco mediático... la química de los Warriors fue inexistente. Dominio total de Houston en la recta final del partido. Para ganar fácil.
El resultado final lo dice todo: 107-86. Los Rockets dejaron a los Warriors en 86 puntos. Pero pudo ser peor. Porque los 6 primeros minutos del cuarto final resultaron tremendos.
Houston se plantó con 13 de ventaja al final del tercer cuarto. Y empezando el cuarto abusó del rival. ¡Parcial de 21-0 para ponerse 97-65! ¡Nada menos que 32 puntos de ventaja a 6 minutos del final! Humillación en toda regla. Golden State tiró de dignidad. Para maquillar un resultado deshonroso.
La victoria sitúa a Rockets por fin con un 50% de triunfos. Está ahora en 7-7. Por el 12-4 de Warriors.
James Harden lideró a los suyos con 27 puntos. En un partido en el que los locales solo perdieron 5 balones. Le secundaron James Ennis y Eric Gordon. Con 19 y 17 puntos, respectivamente. El equipo funciona sin Carmelo Anthony. Horas antes se anunció la ruptura con el alero. Su sustituto funcionó. El joven Gary Clark. Hizo 9 puntos y 7 rebotes.
Warriors, mal. Solo sumó 86 puntos. Hizo el ridículo en el último cuarto. Jugó sin Stephen Curry. Pero también sin Draymond Green. Porque su regreso fue altamente preocupante. Lejos de su intensidad habitual. No anotó. Y perdió tantos balones, 5, como asistencias dio, 5.
El máximo anotador visitante fue Kevin Durant. Con 20 puntos. Poco más ofreció el equipo. Klay Thompson se fue con 10 puntos. Sin anotar un solo triple. Golden State solo enchufó 4 y perdió 16 balones. No dieron los visitantes imagen de equipo campeón.