Depresión y ansiedad. No es la primera vez que estas dos palabras se cuelan en el idílico, en apariencia, mundo de la NBA, un universo en el que no es oro todo lo que reluce. Esta vez, el que habla de sus problemas mentales es el jugador Jahlil Okafor.
No hace mucho fue Kevin Love el que se sinceró en público. Ahora le ha llegado el turno al joven Okafor en una entrevista en exclusiva con Shams Charania en The Athletic.
Okafor todavía anda en una incipiente carrera profesional, pero esa incipiente trayectoria ya ha supuesto para el jugador un duro trauma, el pasar de ser un jugador esencial a convertirse en un jugador del montó ahogado por el peso de la presión.
Empezó de forma excelente como novato con Sixers (17,5 puntos de media en su primera temporada NBA) y luego se fue desinflando hasta llegar ahora a su tercer equipo, Pelicans, con 22 años y unos lastres importantes en torno a su figura. Tras triunfar con Duke en la NCAA y llegar a ser número 3 del draft de 2015.
"No sabía que estaba luchando contra la depresión y la ansiedad", le dice Okafor a Charania explicando que los problemas los empezó a arrastrar en los Sixers, pero que no se dio cuenta de su verdadera naturaleza hasta que habló con él un integrante del cuerpo técnico de los Nets, su segundo equipo en la NBA.
"Estaba en el pozo", reconoce el jugador, que aún pelea por salir a flote y olvidarse totalmente de sus problemas mentales.
Okafor habla claro: "Una semana antes de acabar la temporada, me miré al espejo y supe que no solo tenía que poner a tono mi cuerpo, sino también mi mente", rememora.
Lo cierto es que ahora se abre una nueva etapa para él en los Pelicans y que está deseando demostrar que todos estos problemas han quedado atrás.