La NCAA está viviendo años convulsos que culminaron con el 'annus horribilis' sufrido en el último curso por parte de la competición a causa de los tejemanejes existentes entre equipos, jugadores, agentes y firmas deportivas en torno al negocio puro y duro en una competición aparentemente amateur.
La cuestión terminó en una amplia investigación del FBI y en fuertes sanciones, y el daño para la liga universitaria ha sido tremendo.
Por ello, se creó una comisión para proponer cambios que diluyeran el contubernio existente entre los agentes económicos que buscaban sacar tajada de los jugadores universitarios a cambio de prebendas para los jóvenes.
Tras estudiar la situación, la NCAA plantea la necesidad de que los mejores jugadores nacional que acaban los estudios de secundaria y la elite universitaria puedan contar con agentes registrados para llevar sus carreras, algo que permitiría con mayor facilidad el salto desde el instituto a la NBA sin pasar por la universidad.
Además, se permitiría volver a las clases a los jugadores universitarios que se presentan al draft y no son elegidos.
Sería la Federación de Baloncesto de Estados Unidos (USA Basketball) la que se ocuparía de seleccionar a los jugadores que podrían tener agente, pero la federación ya ha dicho que ni dispone de infraestructura para ello, ni tiene el menor interés en hacerlo, de modo que parece que esa selección podría recaer en la NBA y que no llegaría hasta 2022.