"Debería estar listo para ir al campo de entrenamiento". Así se expresa el lesionado Mike Conley, optimista ante la perspectiva casi segura de que pueda afrontar la pretemporada con el resto de sus compañeros tras vivir una auténtica pesadilla la pasada temporada.
Conley sigue recuperándose de una grave lesión localizada en el talón izquierdo. Esa lesión ósea solo le permitió jugar 12 partidos la pasada campaña -una ruina para él y para Memphis Grizzlies-. No juega al baloncesto desde el 13 de noviembre. Ya han pasado, por lo tanto, 8 meses y medio.
Ahora se siente mucho mejor. El dolor ha abandonado la zona del talón lesionada y se ejercita en sesiones a media cancha con contacto físico limitado. El contacto pleno y el 5 contra 5 aún no llegan, aunque están un poquito más cerca.
El base estelar de los Grizzlies ha estado estos días en Las Vegas en la concentración de la selección de Estados Unidos, pero no pudo participar en los entrenamientos que requerían exposición física.
Memphis ha querido ser cauteloso. Toda precaución es poca y por ello el equipo se planteó el verano de Conley como un período completo de rehabilitación.
Conley sigue inmerso en el contratazo que firmó en su día. El pasado curso, limitado a esos 12 partidos jugados, cobró 28,53 millones de dólares y la próxima temporada tendrá un salario de 30,52 millones. El equipo le necesita. En la pasada campaña, Memphis se quedó sin entrar en los playoffs tras muchos años ininterrumpidos estando en la postemporada.