Manu Ginóbili ha dejado de ser hoy El Pibe de 40 para pasar a ser El Pibe de 41. Hoy se ha actualizado su apodo porque hoy ha cumplido 41 años, una edad más que avanzada para el baloncesto a la que el de Bahía Blanca todavía anda dudando si sigue o no en la pelea.
Su manera de entrenar, sus charlas con algunos compañeros y sus mensajes con su único entrenador en la NBA, Gregg Popovich, mueven al optimismo: todo apunta a que seguirá jugando un año más al baloncesto, a que estará un año más con los Spurs. Pero habrá que esperar.
El 4 veces campeón de la NBA y 2 veces All-Star sigue acercándose a los jugadores más longevos de la historia de la liga. Nat Hickey se retiró con 45 años, Kevin Willis con 44, Robert Parish con 43, Dikembe Mutombo y Kareem Abdul-Jabbar con 42. Jugadores con físicos privilegiados como el del argentino.
Ginóbili suma a ese físico envidiable una tremenda mentalidad competitiva, un espíritu ganador infatigable, una pasión sin freno.
Ese espíritu, además de su indudable calidad, le ha llevado a jugar ya 1.057 partidos de temporada regular y 218 de playoffs con Spurs en sus 16 años de carrera NBA saldados con 15 participaciones en playoffs, 5 Finales y 4 títulos.
El pasado curso se le vio muy bien. Su cuerpo no flaqueó, jugó 65 partidos de fase regular y promedió 8,9 puntos, 2,2 rebotes y 2,5 asistencias.
DeMar DeRozan, nuevo en los Spurs, acaba de expresar su deseo de jugar con Ginóbili. No es el único. A todos nos gustaría verle un año más en la NBA.