LeBron James aún se está recuperando anímicamente de la dura derrota ante Warriors y del pequeño derrame que sufrió en el ojo izquierdo. El jugador reconoce que ha sido una de las más duras derrotas de su carrera, pero ya piensa en el segundo partido.
El segundo juego de las Finales ante Warriors se jugará este domingo en el Oracle Arena y parece que el ojo lesionado de LeBron llegará al encuentro en buenas condiciones.
"Los doctores me dijeron que está mejor", señaló la megaestrella de la NBA, que está siguiendo un tratamiento con antibióticos y gotas que se aplica al ojo dañado tras el golpe que le propinó Draymond Green en el primer partido de la serie.
James está familiarizado con las derrotas en las Finales. No en vano, ha sido 3 veces campeón y en 5 ocasiones se ha quedado a las puertas del anillo, siendo derrotado en 12 partidos por Golden State en los últimos 4 años.
A pesar de ello, reconoce que la del jueves fue "una de las derrotas más duras que he tenido en mi carrera debido a todo lo que ocurrió en el partido y a la forma en la que jugamos".
LeBron vio cómo su equipo perdía 124-114 en la prórroga a pesar de su brutal actuación personal, saldada con 51 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias.
El desenlace del partido
"Fueron 24 horas difíciles no solo para George Hill y para mí, sino para todo nuestro club", afirmó LeBron en alusión al tiro libre errado por el base a 4,7 segundos del final cuando el marcador estaba empatado a 107.
James confesó que su compañero no pudo dormir en toda la noche obsesionado por su error, algo que le suele pasar al propio LeBron cuando pierde un partido importante.
Eso sí, el despertar de James fue optimista: "Me desperté emocionado por la oportunidad de mejorar". Esa es la clave mental de las grandes estrellas. LeBron ya está pensando en el segundo partido.