Nadie como el dominicano Marques Townes para encarnar el milagro. El jugador estadounidense de origen hispano representa el sueño hecho realidad. Y su equipo, Loyola-Chicago, también. El camino del exterior de los Ramblers es asombroso: ¡De la División III a la Final Four!
Townes estará hoy en San Antonio. ¡En una semifinal universitaria nacional! Con un equipo que empezó el Torneo de la NCAA como cabeza de serie nº 11 de su región.
El inicio colegial de Townes no pudo ser más duro. Ninguna universidad de la División I le quiso. Y terminó en el pozo de la División III. Jugando en Fairleigh Dickinson. Brilló allí. Los ojeadores se fijaron en él. Y acabó en la categoría uno del baloncesto universitario. Aunque tuvo que mediar un año sin jugar por la normativa de transferencia de la NCAA.
Hoy, Townes es un chico importante en un equipo que juega la Final Four. Millones de personas fijarán sus ojos en él. Estará en el centro mundial del baloncesto.
El jugador dominicano ha disputado 37 partidos este curso con los Ramblers. Promedia 11,2 puntos, 3,9 rebotes y 2,5 asistencias. Mete el 52,2% de sus tiros de campo. Y el 39,7% de sus triples. Está 28 minutos de media en la cancha.
Su entrenador, Porter Moser, lo tiene claro: "Marques tiene mucho que ver en que hayamos podido salir adelante". Y añade: "Es un guerrero y contagia a sus compañeros". Además, calidad no le falta al chico.
El deportista dominicano más importante, al menos en el día de hoy, juega en Loyola-Chicago. La universidad que ha protagonizado una historia de cine para llegar a la Final Four. Townes tiene 22 años. Y está encarnando un sueño del que no quiere despertar.