Jabari Parker ha regresado. El jugador de los Bucks, que fuera número 2 del draft en su día, no jugaba desde hace prácticamente un año, desde el fatídico 8 de febrero de 2017, cuando se rompió el ligamento anterior cruzado de la rodilla izquierda.
La situación se hizo aún más complicada por el hecho de que era la segunda lesión grave que sufría en la rodilla izquierda. El camino ha sido muy duro, pero la recompensa anoche fue máxima, porque estuvo bien físicamente y acertado en el juego, porque se le vio feliz y porque su equipo ganó 92-90 a los Knicks.
Parker tuvo, obviamente, minutos limitados. Solo estuvo en la cancha 14 minutos y 48 segundos, pero en ese corto tiempo sumó 12 puntos y 3 rebotes con 4 de 7 en el tiro de campo.
El ex de Duke saltó a la pista mediado el primer cuarto en lugar de Giannis Antetokounmpo, que acabó el partido como mejor jugador de Bucks con 29 puntos y 11 rebotes. En ese momento, su primer ingreso en la cancha, la ovación del BMO Harris Bradley Center fue espectacular.
Buenas sensaciones
Tras el partido, Parker, de 22 años, se mostró feliz, pero cauto: "Me sentí fuerte", confesó. Eso sí, recordó que ha sido un largo proceso y que ese proceso no ha acabado. Toca trabajar tanto o más que antes.
Sus compañeros estaban muy contentos. Preguntado por lo que sintió al ver a Parker en la cancha, Antetokounmpo respondió: "Fue una gran sensación".
"Estoy orgulloso de él", indicaba su compañero Khris Middleton, que bien sabe por lo que ha pasado Parker, ya que él también sufrió una grave lesión de la que se recuperó totalmente.