La tormentosa relación entre Joakim Noah y los Knicks está totalmente rota. El equipo envió la pasada semana a su casa al jugador neoyorquino tras la tremenda bronca que protagonizó en un entrenamiento con su entrenador, Jeff Hornacek.
El durísimo enfrentamiento verbal no llegó a las manos por poco y el club decidió mandar a su casa al pívot francés, cuya trayectoria con New York Knicks no puede ser más errática y lamentable.
Noah, una sombra del jugador que fue, llegó al equipo la pasada campaña y nunca fue capaz de rendir como se esperaba. Arrastró problemas físicos, nunca jugó a su mejor nivel, terminó su primer curso lesionado y sancionado por dopaje, y su segunda temporada aún está siendo peor. Tuvo que cumplir la sanción en la parte inicial de la temporada y nunca ha entrado en la rotación de Hornacek.
New York explora la salida del jugador, según informa Shams Charania (Yahoo! Sports). Lo ideal sería mediante traspaso, pero no está claro que pueda colocar a Noah en ningún sitio viendo su rendimiento y su salario -firmó 72 millones de dólares por 4 años con Knicks en 2016-. Si no hay traspaso se podría buscar una rescisión de contrato.
El pívot desea salir de los Knicks y encontrar un equipo de playoffs en el que pueda entrar en los planes del entrenador.