Petrificado. Así se quedó Gregg Popovich cuando el pasado verano LaMarcus Aldridge le pidió el traspaso. Era algo que no le había ocurrido en sus 20 años al frente de los Spurs. Todo se arregló hablando. Compartiendo cenas, encuentros y risas. Siendo muy sinceros.
Todo ello ya no forma parte de los rumores. Ha dejado de ser desde hace unas horas un secreto a voces. Porque el que ha reconocido la situación ha sido el propio Popovich.
El entrenador explica cómo el jugador le pidió salir del equipo. "Nadie me dijo eso antes", confiesa Pops. En la pretemporada, Aldridge le dijo a ESPN que había tenido algún encuentro con Popovich. Y éste lo confirma ahora.
"Fui muy sincero con él", indica el entrenador de San Antonio. "Estaría feliz de traspasarte si me consigues un talento como Kevin Durant. Yo te llevaría al aeropuerto, portaría tus maletas, te acompañaría al avión y hasta a tu asiento", le dijo Pops a Aldridge.
Al final, esas conversaciones cargadas de sinceridad surtieron efecto. Y Aldridge firmó una extensión con Spurs. Cifrada en 72 millones de dólares por 3 años.
Ahora, Popovich reconoce que tuvo su parte de culpa en que Aldridge quisiera irse. Las cosas, sin embargo, han cambiado radicalmente. La gran temporada del jugador así lo atestigua.