Todo el mundo se quedó pasmado. Tanto, que ni los árbitros ni gran parte de los jugadores advirtieron que había sido canasta. ¡Manu Ginóbili intentó un pase interior a LaMarcus Aldridge y su pase se convirtió eun un triple anotado! Increíble, pero cierto.
El pase de Ginóbili entró limpio a canasta sin que Aldridge llegara a tocarlo. El balón cayó en manos de Michael Beasley que subió el balón como si nada al pensar que no había entrado y el juego solo se paró ante la insistencia del argentino pidiendo la canasta.
En la banda, Gregg Popovich se partía de la risa. No era para menos: Manu le había vuelto a sorprender después de tantos años juntos. Todo ello en la victoria de los Spurs ante los Knicks.