El duelo más clásico de la NBA llegó anoche: Celtics contra Lakers. Un duelo que gana enteros con respecto a pasadas temporadas, pero que sigue marcado por el desequilibrio. Otra victoria de Boston a pesar de las adversidades que sufre el equipo.
Sin Gordon Hayward desde el primer partido, Boston acudió al clásico sin Al Horford debido a una conmoción cerebral y se quedó sin el novato Jayson Tatum en el segundo cuarto, también por lesión. A pesar de ello, no sufrió para ganar a los Lakers.
El duelo de novatos entre Jayson Tatum y Lonzo Ball no existió. El jugador local solo pudo estar 9 minutos en cancha y el visitante volvió a ofrecer su despropósito habitual en el tiro, siendo su faceta más destacable el hecho de poner 4 tapones.
Los Celtics ganaron 107-96 para ponerse con marca de 10-2 -la mejor de la liga- tras firmar 10 victorias consecutivas. Andan imparables.
Boston ya impuso su ley en el primer cuarto con un parcial de 33-16 y llegó a tener 20 puntos de ventaja en el segundo período, pero los Lakers fueron poco a poco recuperándose hasta iniciar el último cuarto con solo 6 puntos de desventaja, aunque nunca parecieron una real amenaza para el rival.
Un gran Baynes
Sin Horford, Aron Baynes ejerció de pívot titular del equipo y se salió. Fue el máximo anotador local al terminar con 21 puntos y 8 rebotes en 24 minutos de acción.
Además, 19 tantos de Kyrie Irving (0 de 7 en el triple), 18 de Marcus Morris y otra gran actuación como suplente de Terry Rozier.
En Lakers, 18 puntos de Brandon Ingram y Jordan Clarkson y 16 puntos y 12 rebotes de un gran Julius Randle. Lakers está ahora en negativo: 5-6.