Noche extraña para los Pelicans con nueva derrota, esta vez en Portland por 103-93. El equipo se quedó casi desde el principio sin Anthony Davis, uno de sus dos grandes puntales, y DeMarcus Cousins tuvo que hacer un esfuerzo extra sin premio.
Cousins acabó el partido con 39 puntos, 13 rebotes y 8 pérdidas de balón, lo que demuestra el esfuerzo que desplegó en la cancha y el mucho balón que amasó. Porque estuvo solo en la pintura, huérfano por la ausencia de Davis.
No se sabe muy bien cómo se lesionó Davis. Tuvo un par de incidencias en el juego en el inicio del partido y solo duró en pista 5 minutos en los que apenas pudo anotar 2 puntos, cuando venía de un excepcional inicio de campaña.
El problema se localizó en la rodilla izquierda y ahí saltaron todas las alarmas, ya que es una rodilla en la que el jugador ya ha padecido lesiones.
Sin embargo, todo parece haber quedado en un gran susto. La resonancia magnética a la que se sometió el jugador no reveló ningún daño preocupante en la rodilla y los Pelicans han situado a Davis en posición de revisión diaria, un 'day-to-day' que tranquiliza a todos.