Ricky Rubio regresaba a Mineápolis, la ciudad en la que ha jugado durante sus primeros 6 años en la NBA. El rival, Minnesota Timberwolves, la escuadra con la que disputó 353 partidos de fase regular y con la que nunca accedió a los playoffs.
Presentación de los jugadores y tremenda ovación a Rubio por parte de su antigua afición mientras en el gran marcador del pabellón aparecía su imagen. El español correspondió desde la pista con un gran aplauso dirigido a los espectadores.
Llegaba Utah Jazz al Target Center como víctima propiciatoria, pero peleó la victoria hasta el último segundo con un gran Ricky Rubio, que sacó sus mejores esencias en el cuarto final.
Derrota de Utah por 100-97 con Ricky empleándose a fondo hasta lograr 19 puntos, 10 asistencias y 5 rebotes en 33 minutos de acción tras ir 11 veces a los libres y anotar 10.
Rubio sumó 9 puntos en un abrir y cerrar de ojos para poner a Minnesota por delante en el marcador: 95-96 en la recta final del partido. Pero 2 triples cruciales de Jamal Crawford dieron media victoria a los locales en medio de una gran confusión final con los árbitros como protagonistas.
Un Ricky batallador
El español se llevó más de un golpe en el partido. Especialmente duro el que le propinó su excompañero Tyus Jones. Tuvo, además, Rubio un altercado verbal con Jimmy Butler, que no brilló y se dedicó más a intentar poner al público contra el español, pero fue a partir de ese incidente cuando más brilló el de El Masnou.
Además, el nuevo jugador de Jazz destacó en defensa, dejando a su sucesor, Jeff Teague, en 10 puntos y 4 asistencias con malos porcentajes de tiro.
Andrew Wiggins (21 puntos) y Karl-Anthony Towns (20 más 10 rebotes) lideraron la anotación local, con destacada actuación del veterano Crawford (17 puntos). No fue el día de Jimmy Butler en ataque, aunque sí en defensa.
Utah tuvo a Rodney Hood en 20 puntos tras una fantástica segunda parte, pero se lesionó y la cosa pinta bastante mal para él.