Detroit Pistons estrenó anoche su flamante pabellón, una nueva instalación que supone una vuelta al centro neurálgico de Detroit después de estar radicados durante muchos años en la lejana Auburn Hills.
El Little Caesars Arena se vistió de gala por primera vez en la NBA. Una espectacular y moderna instalación con capacidad para 21.000 espectadores. Pero nada cambió en la franquicia. El rival, Charlotte Hornets, no era el más atractivo, y apenas acudieron 9.528 espectadores. Ni siquiera la mitad del aforo.
Los Pistons no cambian así su trayectoria, ya que en el anterior pabellón -The Palace of Auburn Hills- el equipo se situó el pasado año como el 25º en asistencia de público entre los 30 equipos de la NBA.
Al menos, Detroit ganó el partido por 102-90 con un gran Tobias Harris (27 puntos y 10 rebotes). Aunque parece claro que estos Pistons tienen poco gancho.