Boston Celtics retirará la camiseta con el número 34 con la que Paul Pierce jugó durante 15 años. Lo ha avanzado Wyc Grousbeck, copropietario de la franquicia, que ha informado también de que el club quiere que Pierce desempeñe en el futuro alguna función en su organigrama.
Pierce jugó ayer domingo su último partido como jugador profesional. Lo hizo con la camiseta de Los Angeles Clippers, pero su equipo del alma seguirá siendo siempre Boston Celtics, club para el que jugó 15 de los 19 años que pasó en la NBA.
El alero californiano ya mostró su amor por su exequipo cuando jugó esta temporada su último partido en el TD Garden. Fue un bellísimo epílogo que incluyó un triple final y un sentido beso a la pista. Un gesto inolvidable.
Del merecimiento de Pierce para que los Celtics retiren su camiseta no hay ninguna duda. Ha sido un grande en una franquicia grande a la que devolvió su máximo prestigio cuando lideró el título conseguido en 2008 tras una sequía de 22 años sin un campeonato. Y Pierce fue el MVP de aquellas Finales con los Lakers.
Un líder histórico
Las estadísticas aportan el resto a la hora de situar a Pierce en su justa medida. El alero de Inglewood es el tercer jugador en la historia del club en partidos jugados (1.102) y minutos en pista (40.360).
Esa longevidad en los Celtics le dio para estar en el Top 10 en muchos apartados estadísticos.
Actualmente es el 2º anotador de la franquicia (24.021 puntos), el 6º reboteador (6.651), el 5º asistente (4.305), el 4º taponador (668) y mejor recuperador (1.583 robos), el primer triplista (1.823) y también el 1º en tiros libres anotados (6.434). Casi nada.
Por eso, no es de extrañar el amor que le profesa la afición céltica, que nunca entendió su salida del equipo.