El primer año de Chandler Parsons con Memphis Grizzlies ha sido un auténtico bluff. Los Grizzlies apostaron fuerte por él en julio, tanto que le firmaron un contrato de 94 millones de dólares por 4 años, pero a cambio no han recibido nada aún.
El alero ha arrastrando problemas en ambas rodillas durante toda la campaña y suma ya 3 años seguidos poniendo fin de forma prematura a la temporada. Porque llueve sobre mojado.
Los Grizzlies han situado al jugador como baja indefinida por una rotura parcial en el menisco de la rodilla izquierda. No es la misma rodilla que le arruinó las 2 pasadas campañas, pero es una lesión grave que, según el Commercial Appeal, va a dejar fuera en lo que resta de temporada al ex de Rockets y Mavericks. Ahora habrá que decidir si se opera o no.
Lo cierto es que Parsons se ha perdido por lesiones la mitad de la temporada. Solo ha jugado 34 de los 67 partidos disputados por su equipo y lo ha hecho a muy bajo nivel.
Sus deficientes números saltan a la vista. Promedia en su primer año con Memphis 6,2 puntos y 2,5 rebotes en 19,9 minutos de juego con un pobre 34% en el tiro de campo. Nada que explique un mínimo retorno a Memphis de la gran apuesta económica que han hecho por él.