Febrero duro e intenso para Ricky Rubio, aún más que febreros anteriores. El base de Minnesota Timberwolves estuvo en todas las quinielas de traspaso y, a punto de cumplirse el plazo el pasado 22 de febrero, estaba con un pie en los Knicks, pero sigue sin moverse de Mineápolis.
Pasado el 'via crucis' de febrero, dejado atrás el mercado invernal, Rubio jugaba anoche en casa ante Dallas Mavericks. El jugador español sonrió tras tantos rumores y jugó de menos a más ante el equipo texano. Minnesota ganó defendiendo 97-84 y Rubio firmó un nuevo doble-doble.
El armador de Wolves finalizó con 13 puntos, 14 asistencias, 5 rebotes y 3 robos en 35 minutos. Y un 6 de 13 en el lanzamiento, por encima de su porcentaje de la temporada. Formó de nuevo un trío ganador con Karl-Anthony Towns y Andrew Wiggins.
A Rubio ya le colocaban todos fuera de Minnesota desde el mes de junio, momento en el que su equipo eligió en el draft al base Kris Dunn, pero lo cierto es que la progresión de Dunn como novato ha sido inexistente y el español ha partido como titular en los 52 partidos que ha jugado, acumulando muchos minutos.
Su juego ha ido de menos a más. El arranque de temporada del catalán fue desastroso, pero se ha ido centrando poco a poco. Enero supuso una mejora y febrero sigue por el mismo camino, con 5 dobles-dobles firmados ya en el presente mes.
Una montaña rusa
Los rumores fueron esta vez más intensos que nunca, con Ricky en el disparadero y varios equipos a la espera, y se hicieron especialmente audibles a partir de la entrada en juego de los Knicks y el posible traspaso con Derrick Rose. De hecho, el trapaso a los Knicks pareció negociarse hasta última hora, sin éxito.
Rubio no ha escondido que la situación esta vez ha sido "diferente", según sus propias palabras. Sus mensajes en Twitter no han pasado desapercibidos. El 22 de febrero: "Nunca te estreses por lo que no puedes controlar". El 24 de febrero, dejado atrás el mercado invernal: "El espíritu se fortalece con el conflicto".
Y el internacional español parece fortalecido. Hasta que llegue la próxima oleada de rumores, que nuevamente se volverán a concentrar en él. Parece inevitable.