Lo más elegante del All-Star Game de 2017 fueron las presentaciones. Corrieron a cargo del grupo The Roots y fueron dignas de Nueva Orleans: música y baloncesto se aunaron con un toque de seda inmejorable. A partir de ahí, todo fue un esperpento.
Nadie duda de que el Partido de las Estrellas es puro espectáculo, pero cuando el espectáculo se traga al baloncesto deja de ser espectáculo. Ninguna imagen más perfecta para describir lo sucedido en Nueva Orleans que la de Stephen Curry tumbándose en el suelo en el terer cuarto para dejar pasar la ofensiva de Giannis Antetokounmpo. La broma llevada al extremo, la defensa eliminada hasta un límite macabro.
Por lo demás, todo fue un dejarse ir de minuto en minuto, ¡porque ni siquiera se defendió con dignidad en la recta final del partido! Allí donde las estrellas antaño se retaban.
Ya la interpretación de los himnos no hizo presagiar nada bueno, pero el brutal inicio de Antetokounmpo pareció insuflar al partido algo de tensión competitiva. Fue un espejismo. Lo que vino después fue puro teatro. Mucha galería sin mérito.
Baloncesto para vagos, aunque no faltaran destellos reseñables como un tuya-mía-tuya en alley-oop entre los irreconciliables Kevin Durant y Russell Westbrook, un triplazo de LeBron James desde su casa lanzando con toda la intención, mates de todos los colores, un auto alley-oop de LeBron, algunos malabarismos en forma de diabluras marca de Curry, un tremendo mate tras rebote ofensivo de Antetokounmpo y la lucha por el récord de Wilt Chamberlain a cargo del local Anthony Davis y Westbrook hasta que Steve Kerr la cortó por lo sano la pugna en los últimos minutos.
Más allá de todo ello, el partido fue un circo sin gracia. El 48-53 del primer cuarto ya lo decía todo: ¡101 puntos, récord anotador de un cuarto en el All-Star con 75 tiros de campo lanzados entre los dos contendientes!
Al descanso, ¡¡¡97-92 para el Oeste!!! Muchas imprecisiones a pesar de no haber defensas y... ¡110 puntos al contraataque! El All-Star discurriendo históricamente hacia la nada: ¡cuantos más puntos, menos juego! Y los pívots sufriendo a la intemperie, como si no fueran dignos de jugar un All-Star. Esto no pasaba antes. Nadie dejaba fuera de la fiesta a Patrick Ewing, Hakeem Olajuwon o Shaquille O'Neal, aunque los más dinámicos tuvieran más opciones.
Más de lo mismo
La actuación en el descanso de John Legend no ayudó mucho. Su música es aburrida, profundamente lineal y mortecina, con el máximo respeto para sus muchos seguidores. Y la reanudación resultó un calco de lo ya visto. Sin defensas y sin ganas de que las hubiera. La gran incógnita era saber qué estaba pasando en el mercado con DeMarcus Cousins, ya que estaba relegado en la banda sin jugar.
Salió Marc Gasol de inicio en el tercer cuarto y jugó mucho más en la segunda parte. Lo hizo bien el español en un entorno hostil por el tipo de juego. Curry fue el que más animó el cotarro en ese tercer acto que acabó ya con un 144-139 propio del final de un ofensivo All-Star. Para entonces, Davis ya llevaba 32 puntos, Westbrook andaba por el estilo tras encenderse y Antetokounmpo estaba en 28 en su debut.
El último cuarto, con las miradas de desaprobación de las grandes leyendas del baloncesto presentes en la banda, no supuso una mejora. El Oeste se fue hasta un 180-165 que ya no pudo ser remontado, Kerr sentó a Westbrook para que no hiciera sombra a Davis y éste ganó el MVP jugando solo en plan palomero tras meter 52 puntos y capturar 10 rebotes.
Otros jugadores
En los ganadores, Westbrook se fue a 41 puntos, 7 asistencias y 7 triples... ¡¡¡en solo 20 minutos!!!, Durant firmó un triple-doble, el 4º de la historia del All-Star, Curry añadió otros 21 puntos, James Harden dio 12 asistencias y Gasol rozó el triple-doble con 10 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias en 21 minutos.
En los perdedores, 30 puntos en 23 minutos de Antetokounmpo con 14 de 17 en el tiro de campo, 23 puntos en 19 minutos para LeBron, 22 tantos, 14 asistencias, 7 rebotes y 7 triples de Kyrie Irving, al que no se le dio el crédito que merecía, 20 puntos de Isaiah Thomas y 19 de Kyle Lowry.
Como era de esperar, no fue partido para jugadores como Jimmy Butler o Kawhi Leonard, aunque casi todos se divirtieron a su manera y todos anotaron.