El Concurso de Habilidades ha reducido a la mínima expresión los obstáculos que requieren habilidad para equilibrar así la lucha entre los jugadores de gran formato y los de pequeño formato y por ello el concurso se ha convertido en una competencia en la que meter el triple final se torna decisivo. No ayuda a la competencia real que el pase no sea un obstáculo tras errar 3 veces.
Ese preámbulo no puede eliminar de un plumazo la admiración que podamos sentir con la movilidad, visión de juego, facilidad para el pase y para el tiro de 3 que tienen muchos jugadores altos de la NBA. Es una visión distinta del jugador interior.
Anoche, Kristaps Porzingis, representando a esa generación de jugadores altos que no lo parecen, ganó el concurso con 2,21 de altura sucediendo en el palmarés a otro alto, Karl-Anthony Towns.
La primera ronda enfrentó a bajos contra bajos (algunos no tan bajos) y a altos contra altos. Gordon Hayward eliminó a John Wall, Isaiah Thomas a Devin Booker, Kristaps Porzingis a DeMarcus Cousins y Nikola Jokic a Anthony Davis.
En semifinales, Hayward sorprendió a uno de los grandes favoritos, el pequeño Thomas, y Porzingis se impuso a Jokic en el duelo entre jóvenes europeos interiores.
Lo más emocionante fue la final. Hayward y Porzingis discurrieron muy parejos hasta que el letón mostró su mano con el triple para ganar.