Las aguas bajan más que revueltas en los Bulls. El equipo está en plena crisis tras ganar solo 6 de los 17 partidos que jugó en diciembre y mejorar en enero hasta un insuficiente balance de 7-6. Chicago es octavo en el Este con una marca de 23-24 tras venir de una temporada sin playoffs.
En ese marco de crisis, la escalada de declaraciones en el equipo de Illinois ha resultado más que preocupante, más aún teniendo en cuenta que la han protagonizado los gallos del vestuario.
Primero fue Dwyane Wade, quien criticó a los jóvenes del equipo. Luego, la estrella de Bulls, Jimmy Butler, respaldó las críticas de Wade. Y más tarde llegó Rajon Rondo para defender a los jóvenes de la plantilla y mostrarse contrario al modo en el que Wade y Butler estaban gestionando su liderazgo en el vestuario. Además, el base afirmó que el entrenador, Fred Hoiberg, estaba demasiado influido por Wade y Butler.
Ante tal despropósito masivo, han tenido que actuar los dirigentes del club. Tanto el técnico Fred Hoiberg como el general manager, Gar Forman, porque el asunto se les iba de las manos.
El equipo va a multar a los 3 jugadores implicados en las declaraciones, aunque no habrá ningún tipo de suspensión para ellos.
Terapia de grupo
Reunión en Chicago entre los 5 citados: Wade, Butler, Rondo, Hoiberg y Forman. Y a tenor de lo que ha trascendido, parece que se ha tratado más de una terapia de grupo que de una reunión en la que se hayan buscado soluciones reales a la situación del equipo.
Luego, rueda de prensa de los 5 protagonistas en la que cada uno se ha expresado de la forma menos ruda posible. Y algún periodista, como K.C. Johnson, se ha permitido cuantificar en Twitter el tiempo que cada uno ha dedicado al micrófono en el acto. Wade ha sido el más hablador (14 minutos y 29 segundos), seguido de Rondo (11'10"), Butler (10'35") y Hoiberg (7'54").
La palma se la ha llevado el jefe de todos ellos, Gar Forman, que ha tomado la palabra durante 1 minuto y 29 segundos y no ha admitido preguntas.
Al menos, se espera que la iniciativa haya servido para rebajar la tensión existente, que, por lo visto, no es poca.