San Antonio lo tiene muy claro: no quiere arriesgar con su gran joya, Kawhi Leonard. El alero sentía molestias en su mano izquierda, pero ello no le impidió encadenar 6 partidos sin bajar de 30 puntos. El problema es que esas molestias se agravaron el 21 de enero.
Ese día Leonard hizo su mayor anotación en la NBA: 41 puntos en el triunfo ante Cavaliers. Fue después del encuentro cuando el jugador se sintió algo peor.
Desde entonces, reposo absoluto. Las pruebas médicas a las que se sometió revelaron que su mano izquierda no presentaba fractura alguna y que no tenía daños estructurales, pero el equipo texano prefirió ser cauto, apostar por la seguridad, no forzar a su estrella y mantenerla fuera de cualquier situación de potencial peligro.
"Una lesión que no es una lesión". Así definió Gregg Popovich la situación de Leonard. Eso sí, el mismo Popovich abogó por actuar de forma conservadora y no alinear al jugador tras la consulta obligada con los servicios médicos de la franquicia.
Dos partidos fuera
Leonard no jugó ni ante Brooklyn (86-112) ni ante Toronto (106-108). Dos victorias en las que Spurs mostró su poderío. Ante Nets ganó sin Leonard, Pau Gasol, Tony Parker y Manu Ginóbili y frente a Raptors faltaron todos ellos menos Ginóbili.
El estado de Kawhi no parece ni mucho preocupante. Se trata de una lesión menor. De hecho, todo apunta a que volverá al juego el viernes en Nueva Orleans, en el que será el cuarto y último partido de Spurs en su actual gira.