Chandler Parsons aún sufre limitaciones en su juego debido a la rodilla que le tuvo a mal traer en su etapa en Dallas Mavericks. Y precisamente anoche regresaba a ese escenario, al American Airlines Center, al terrritorio de Mark Cuban y del lesionado Dirk Nowitzki.
El espectáculo no fue edificante. Memphis ganó 64-80 a Dallas en un horrible partido en el que los Mavs estuvieron al borde de batir sus peores registros históricos en anotación y porcentaje de tiro. Se fueron con 64 puntos en su haber, un horror.
En ese marco defectuoso, Parsons fue de los pescadores que pescaron en río revuelto. Su rendimiento mejoró respecto a pasados partidos y tuvo peso en un equipo que jugó de una forma coral. Terminó con 12 puntos en 23 minutos tras encestar 3 de los 5 triples que intentó.
La afición no le mostró un gran cariño. No hay que olvidar que llegó a Dallas procedente de Houston generando grandes expectativas en la grada y que éstas nunca se vieron colmadas por culpa de las lesiones. Luego, contrato máximo con Grizzlies y despedida de Texas.
No están siendo fáciles los inicios de Chandler en Memphis. Hasta ahora, el alero promedia 7,7 puntos y 3 rebotes en 21 minutos tras jugar 6 partidos.