Kevin Durant y Derrick Rose no tuvieron anoche los estrenos que hubieran soñado con Golden State Warriors y New York Knicks. Ambos ofrecieron buenas actuaciones en el plano personal, pero vivieron sendas pesadillas en el ámbito colectivo.
Tanto Durant como Rose perdieron por 29 puntos. Pero con un matiz importante. Los Knicks cayeron como visitantes 117-88 ante los vigentes campeones, Cleveland Cavaliers, y los Warrios cedieron ante otro grande, San Antonio Spurs, pero en casa y de forma muy dolorosa: 100-129. Inesperado cataclismo para un equipo que se antojaba imbatible desde el inicio.
Buena imagen personal
Durant fue de lo mejor de Golden State en el debut ante su nueva afición. Sumó 27 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias, a lo que añadió 2 tapones y 2 robos y un 11 de 18 en el tiro de campo. Los 37 minutos que jugó le dieron para ser el máximo anotador de los suyos.
Rose, mientras, ofreció un gran tono físico y algunos momentos desbordantes que llaman al optimismo. Terminó con 17 puntos en 30 minutos, con un 7 de 17 en el tiro y 3 rebotes. En el lado negativo, solo dio 1 asistencia mientras perdía 4 balones. Su rendimiento fue notable teniendo en cuenta que se perdió prácticamente toda la pretemporada por el proceso judicial que vivió en California.
Tras sus respectivas debacles colectivas, Rose afirmó: "Gracias a dios, éste es el primer partido". Y Durant aseguró que la derrota había sido "una bofetada en la cara".