La Conferencia Oeste ya no es lo que era. Sigue siendo una conferencia dominante, pero ya el curso pasado el Este alcanzó una circunstancia inusual para el Este, que un equipo situado por encima del 50% de victorias no pudiera acceder a los playoffs.
Las cosas están cambiando. Sin ir más lejos, donde antes un ejército de equipos se disputaban los puestos cabeceros del Oeste, ahora apenas aparece un trío como plantillas grandes: Warriors se antoja primero, Spurs segundo y Clippers tercero. Habrá que ver si se cumple ese escalafón aún virtual, pero a priori natural.
Lo cierto es que Warriors y Spurs parecen un paso por delante. Ya lo estuvieron el pasado curso con 73 y 67 victorias y con rachas brutales como locales de 39-2 y 40-1. Eso sí, la llegada de Kevin Durant sitúa a Golden State a un paso de la divina perfección, a un tris de resultar invencible. San Antonio aspirará a una hazaña. Al menos, así lo parece en octubre.
Los Clippers, mientras, están por encima del resto, pero por debajo de los 2 grandes. Otros equipos han perdido fuelle, conjuntos como Thunder, Rockets, Grizzlies o Mavs. Y otros deberían dar un paso adelante, escuadras como Timberwolves o Jazz. No parece que Terry Stotts pueda repetir el milagro de Portland, pero quién sabe.
Repasamos ya lo que puede dar cada equipo en el siempre atractivo salvaje oeste:
DIVISIÓN NOROESTE
OKLAHOMA CITY THUNDER (3-3 en pretemporada; 55-27 en regular).- Revolución en Oklahoma. Una revolución de la que el equipo sale muy debilitado. Ningún equipo puede sobrevivir en las mismas condiciones perdiendo a Kevin Durant, Serge Ibaka y Dion Waiters y poniendo en el otro fiel de la balanza a Victor Oladipo. Lo de Durant ha sido una conmoción mayúscula. Thunder sumó nada menos que 55 victorias y se plantó en las Finales de Conferencia, donde tuvo contra las cuerdas a Warriors, pero acabó perdiendo 4-3 y la remontada de Golden State se llevó por delante la paciencia de Kevin Durant, que se fue al rival directo. No le será fácil a Billy Donovan pilotar la era post-Durant tras haber debutado a lo grande con Thunder.
El equipo ha mirado este verano a Europa, aunque desde el prisma americano en general. Llega del Viejo Continente el español Álex Abrines, que aportará tiro, pero que tendrá una compleja adaptación física. Y aterrizan desde la propia NBA el francés Joffrey Lauvergne, el turco Ersan Ilyasova y el lituano nacido en Estados Unidos Domantas Sabonis. Además, llega Oladipo para ser el escudero del único líder del equipo: Russell Westbrook. Los números de Westbrook sin Durant pueden ser estruendosos. O no, ya veremos. Pero todo el peso cae sobre él. Es el rey de estos Thunder. Junto al base estelar, la progresión de Steven Adams y la eterna suplencia de Enes Kanter, un portento ofensivo al que le duele la defensa. No se explica de otro modo que no pueda ser titular. No parece que vaya a ser fácil la temporada para estos Thunder.
PORTLAND TRAIL BLAZERS (4-3 en pretemporada; 44-38 en regular).- Lo de Portland el curso pasado fue un milagro en toda regla. Hay que quitarse el sombrero ante el señor Terry Stotts: 51 y 44 victorias en las 2 últimas campañas. Pero más mérito tienen las 44, ya que las consiguió con un equipo que quedó prácticamente triturado en el verano de 2015. Encima, Portland alcanzó las semifinales en el Oeste. Algo simplemente asombroso. Logros inesperados trazados por un dúo exterior que maravilló, la dupla formada por Damian Lillard y C.J. McCollum. Ahora, el equipo es mejor que el del curso pasado, pero es que el techo que hay que buscar parece un techo imposible de alcanzar.
Aparecen en el equipo dos jugadores que pueden ayudar mucho: Evan Turner y Festus Ezeli. A ellos han de sumarse algunos jugadores que ya estaban. Jugadores como Mason Plumlee, y su notable visión de juego desde el poste, o Allen Crabbe, que tendrá que seguir mejorando. El jugador de origen puertorriqueño Moe Harkless volverá a ser titular, por lo dicho en los últimos días. Lo que puede dejar a Evan Turner como un gran sexto hombre. Pero la plantilla no da mucho más de sí. Todo lo que venga en positivo será otro milagro de Stotts y sus chicos.
UTAH JAZZ (3-3 en pretemporada; 40-42 en regular).- Utah Jazz estuvo al borde de los playoffs. Luchó con ahínco hasta el final, pero en el último momento se esfumó el sueño. Un equipo joven madurado con paciencia empezaba a recoger sus frutos. Pues bien, ese equipo ha mejorado notablemente este verano por el buen tino de Kevin O'Connor en los despachos. Quin Snyder tiene en sus manos una plantilla equilibrada con muchas posibilidades. Han llegado 3 jugadores expertos, y experiencia es lo que necesita el equipo. Jugadores como Joe Johnson, Boris Diaw y el base George Hill. Todos ellos deberían tener impacto en el equipo, deberían mejorarlo.
El problema que tiene Utah es el estado físico de su columna vertebral. Derrick Favors no juega desde el 3 de octubre, Gordon Hayward no lo hace desde el día 5 y Alec Burks no se viste de corto desde el día 11. Han jugado 24, 40 y 38 minutos en la pretemporada, respectivamente. No han hecho prácticamente una preparación mínima. Todos están actualmente lesionados. A ellos se une la vuelta del joven Dante Exum, que ha estado de baja muchísimo tiempo por una grave lesión. Demasiados inconvenientes de salida. Eso sí, el equipo tiene un elenco de bases y escoltas magnífico, tiene como líder a un infravalorado Hayward y puede sentir cómo eleva su nivel en la zona el francés Rudy Gobert, que ya ha dejado advertencias de su efervescencia en la pretemporada y que ya dio un aviso de su progresión la pasada temporada.
DENVER NUGGETS (4-4 en pretemporada; 33-49 en regular).- Denver no tendrá más objetivo esta temporada que hacer madurar a sus jugadores jóvenes, que son muchos y no están exentos de calidad. Otro objetivo sería, en principio, inviable. Buscar los playoffs se antoja una quimera. Los tiempos de George Karl quedan lejos. El equipo cuenta con anclas expertas en la figura de jugadores como Wilson Chandler, Danilo Gallinari -indiscutible líder ofensivo- y Kenneth Faried.
Pero el ejército de jóvenes es amplio, muy amplio. Aparecen en la plantilla el español Juancho Hernangómez, que ha causado una grata impresión en octubre- y Jamal Murray, un novato que va a dar que hablar. Y ya están en plantilla el base Emmanuel Mudiay, Gary Harris, Jusuf Nurkic y Nikola Jokic, todos en disposición de seguir progresando en la NBA. con especial atención para Mudiay. Puede ser atractivo ver tanta evolución, pero esa evolución no puede provocar ningún efecto inmediato en la pista.
MINNESOTA TIMBERWOLVES (5-2 en pretemporada; 29-53 en regular).- Equipo que viene de años de desierto, de temporadas sin playoffs, pero equipo en el que muchos siguen poniendo sus ojos porque está cargado de futuro y ya casi de presente. Escuadra muy joven y con un talento espectacular que cae en manos de, tal vez, el entrenador perfecto para la ocasión: Tom Thibodeaul. El ex de Bulls dejará que los jóvenes sigan encauzando su brillante ofensiva, pero les medirá también por su compromiso colectivo y por su espíritu defensivo. Y así se puede construir por fin un equipo ganador. Habrá que ver si funciona el proyecto y Minnesota puede meterse de una vez en playoffs.
Se ha retirado Kevin Garnett, pero su marcha no causará impacto alguno en la pista, como mucho en el vestuario. El impacto en la pista será cosa del portento dominicano nacido en Estados Unidos llamado Karl-Anthony Towns. Prodigiosa su campaña de rookie para ser Novato del Año. Será el líder indiscutible con un segundo de a bordo igualmente indiscutible, el alero Andrew Wiggins. Crecerá Zach LaVine, un lujo ofensivo, y aparece el base Kris Dunn, un joven llamado a marcar la pauta, un novato por el que beben los vientos los general managers de la liga. Tendrán que seguir progresando y aportando otros dos jóvenes notables: Shabazz Muhammad y Gorgui Dieng. Y habrá que ver qué encaje tiene Ricky Rubio en todo este proyecto. Parece que su labor será importante hasta que crezca Dunn. Una vez crezca éste, no parece Minnesota el sitio ideal para el de El Masnou. Wolves incorpora a los interiores Jordan Hill y Cole Aldrich para hacer frente a las bajas de Kevin Garnett y Nikola Pekovic. El equipo ha andado fino en la preparación.
DIVISIÓN PACÍFICO
GOLDEN STATE WARRIORS (6-1 en pretemporada; 73-9 en regular).- Warriors viene de una temporada muy especial. Batió el récord histórico de victorias de un equipo en una campaña NBA, 73, pero llegado el momento crucial dominaba las Finales 3-1 y perdió 3-4. Duro golpe. Pero parece que no le costó mucho salir de la depresión. Fichó este verano a Kevin Durant y rompió el mercado, y quién sabe si la competición. De hecho, en la pretemporada el equipo ha jugado a un ritmo de pretemporada y ha presentado el mejor balance de las 30 escuadras de la liga, un 6-1. No parece que le vaya a costar a Durant adaptarse al equipo ni al equipo adaptarse a Durant. El alero y Stephen Curry ya han firmado un par de exhibiciones en toda regla como pareja. Steve Kerr y su gran equipo técnico, con lujos como Mike Brown y Ron Adams, van a disfrutar dirigiendo a este equipo.
Es cierto que para tener a Durant, Warriors tuvo que sacrificar a una parte de su plantilla. Partieron Andrew Bogut, Harrison Barnes, Leandro Barbosa, Festus Ezeli y Marreese Speights, un colectivo de los que hace equipo. Pero el esfuerzo por Durant merece la pena. A Durant y Curry se unen Klay Thompson, jugador que aporta tiro y defensa, y Draymond Green, ala-pívot que sirve para todo, un auténtico lujazo en todos los sentidos. Y además están Andre Iguodala y Shaun Livingston, amoldados al equipo a las mil maravillas. A todo ello se añade la llegada a la pintura de dos jugadores expertos que tienen sentido de equipo, como son Zaza Pachulia y David West. La profundidad de plantilla de Warriors es un hecho, su infinito talento, también. Y no hay que olvidar que este equipo, sin Durant, anotó el pasado año 114,9 puntos de media y encestó en 82 partidos 1.077 triples con un 41,6% de acierto. A saber qué nivel de demolición del rival nos ofrece esta vez Golden State. Los Warriors pueden ser una apisonadora.
LOS ANGELES CLIPPERS (3-3 en pretemporada; 53-29 en regular).- Los Clippers del todopoderoso Doc Rivers siguen siendo un equipo impresionante. Y están heridos tras el fiasco que supuso caer en la primera ronda de playoffs con Portland. Heridos en su amor propio quieren remontar el vuelo. Por eso, Paul Pierce se queda un año más. Para buscar un final más acorde a su grandeza. Por eso, Blake Griffin tiene entre ceja y ceja hacer olvidar su tempestuosa temporada pasada, en la que un ataque de mal genio arruinó su mano y la temporada del equipo. Luego, en playoffs, las lesiones al unísono de Chris Paul y Blake Griffin dejaron al equipo en pañales. Y llegó la derrota.
Éste es el equipo de Chris Paul y Blake Griffin, de eso no hay duda. También del hercúleo DeAndre Jordan. Tras ellos, jugadores ofensivos de gran nivel como J.J. Redick y Jamal Crawford. Nivelazo espectacular del equipo en sus bases y escoltas. Además, Clippers incorpora a jugadores veteranos que pueden ayudar: Raymond Felton, Alan Anderson y Brandon Bass. Y al interior Marreese Speights, que aportarán calidad desde la segunda unidad. En el objetivo, ver cómo se adaptan a la NBA los novatos Brice Johnson (North Carolina) y Diamond Stone (Maryland). Un equipo, el angelino, muy completo llamado a hacer grandes cosas.
SACRAMENTO KINGS (3-3 en pretemporada; 33-49 en regular).- Los Kings viven y malviven de DeMarcus Cousins. Viven de su asombroso e inabarcable talento; malviven por su incontinencia mental, su falta de paciencia y su incapacidad para saber convivir sin conflicto. El pasado curso fue un claro ejemplo. Su guerra con George Karl dinamitó todo. Los despachos, la banda y la pista se incendiaron. Karl ya no está y en su lugar llega un joven y brillante técnico, Dave Joerger, que demostró destreza en Memphis a la hora de lidiar con egos, pero ningún ego en Grizzlies se parecía al de Cousins. Más experiencia que tenía Karl... Habrá que ver.
Pero no es Cousins el único problema de los Kings. El equipo tiene una gran terna de bases, pero dos de ellos, Ty Lawson y Darren Collison, han estado metidos en problemas extradeportivos de magnitud que hablan poco de ellos en lo personal. Collison está llamado, sin Rajon Rondo en el equipo, a liderar la organización en la cancha. Sí, Collison debería ser la punta de lanza para que funcionen Cousins y Rudy Gay, pero Gay tampoco está feliz. Cada vez tiene menos peso en el equipo. Por eso, no es de extrañar que Sacramento pueda quedarse fuera de los playoffs a pesar de haber trabajado bien las incorporaciones con las llegadas de jugadores como Arron Afflalo, Matt Barnes, Anthony Tolliver o el propio Lawson. Otros jugadores que deberán aportar al equipo son Omri Casspi, Ben McLemore, Kosta Koufos o el joven Willie Cauley-Stein. Del orden partirá algo bueno. Del desorden, la repetición de una mala experiencia.
PHOENIX SUNS (4-2 en pretemporada; 23-59 en regular).- Phoenix Suns se desinfló la pasada campaña: 23 triunfos en un año aciago. Lo bueno para el equipo es que Eric Bledsoe está sano y que Devin Booker está llamado a ejercer de anotador contundente. Ese dúo importante genera una gran duda, que no es otra que la decisión del entrenador novato Earl Watson de dejar a Brandon Knight como sexto hombre de lujo, algo que no le habrá gustado mucho a un jugador que promedió 19.6 puntos en una fantástica campaña. Por lo demás, no llega casi nada al equipo. Lo más llamativo, el regreso del hijo pródigo: el brasileño Leandro Barbosa. Y, claro está, la esperanza que puede generar el novato Marquese Chriss, número 8 del draft.
Chriss potenciará un juego interior obsoleto en el que Tyson Chandler está ya mayor (34 años) y Alex Len no termina de despuntar como se esperaba. Además, habrá que ver si da un paso adelante o no el joven T.J. Warren. Pero más allá de todo ello, Phoenix es un equipo destinado a no ir a ninguna parte. Los Suns no estarán en los playoffs. Sería la bomba que lo estuvieran.
LOS ANGELES LAKERS (2-6 en pretemporada; 17-65 en regular).- Los Lakers deben prepararse para estar otro año en el infierno aspirando simplemente a situarse en el limbo, como mucho. El cielo queda lejos. Un año para acoplar a sus jóvenes talentos y para que evolucionen todos a nivel individual y colectivo. La era post-Kobe Bryant se antoja complicada. Pero ya el final de Kobe lo fue con el equipo firmando la peor temporada de su historia: ¡solo 17 victorias! Peor no lo van a hacer estos Lakers. Todo lo que ocurra llevará, salvo cataclismo, a una mejora. Para eso llega a El Segundo Luke Walton, con la experiencia de Warriors bajo el brazo y con Brian Shaw como ayudante de lujo. Walton deberá trabajar con paciencia con los más jóvenes.
Por de pronto, a D'Angelo Russell, que ha hecho una fantástica pretemporada, le han puesto al lado a otro veterano base, José Manuel Calderón, que le escoltará y aconsejará junto a Marcelinho Huertas. Russell ha de ser el cabeza de cartel de este equipo, más ahora que Bryant ya no está. Ayudado, eso sí, por Jordan Clarkson y Julius Randle. También, a otro nivel, por Larry Nance Jr. Porque el que es una incógnita es Brandon Ingram, número 2 del draft. Su físico debe crecer para ser más competitivo. El talento lo tiene. No se sabe muy bien cuánto podrá durar su adaptación a la NBA. En el lado de los veteranos que tendrían que aportar, tenemos a Nick Young, Louis Williams y, sobre todo, el recién llegado Luol Deng, que deberá tener galones. El equipo se convirtió en un erial tras la etapa de Mike D'Antoni y la reconstrucción se promete larga. Hay poco margen para la mejora a corto plazo. Al menos, para la mejora con impacto.
DIVISIÓN SUDOESTE
SAN ANTONIO SPURS (4-2 en pretemporada; 67-15 en regular).- Los Spurs hicieron su mejor temporada regular de siempre (67 victorias) y se mostraron intratables en casa empatando un récord histórico (40-1). Son marcas muy difíciles de superar. Pero se quedaron prematuramente en playoffs. Y es ahí donde ha de llegar el margen de mejora, que en este caso es grande. Se fue Tim Duncan, y eso es mucho a nivel anímico, a nivel histórico. Pero no hay que olvidar que Duncan ya no podía aportar muchos minutos en pista. Su magisterio era ya limitado en el tiempo. Por eso, R.C. Buford y Gregg Popovich volvieron a dar una lección magistral de relevo desde la inteligencia. El pasado verano llegó LaMarcus Aldridge y este verano, Pau Gasol. Aldridge y Gasol suponen un lujo interior para Spurs y una potencia mayor para el equipo que cuando estaba Duncan, infinito él, dando ya sus último coletazos.
Spurs es ahora mismo el equipo de Kawhi Leonard. Eso sí, a su lado están Tony Parker, Manu Ginóbili, Pau Gasol y LaMarcus Aldridge. Hay edad, sí, pero hay talento a mansalva. Patty Mills y Kyle Anderson han de seguir creciendo, Danny Green seguirá ahí, aunque empieza lesionado, David Bertans sorprenderá a más de uno y Dejounte Murray ha sido votado por los general managers como el robo del draft de 2016 (sí que tienen ojo los despachos de este equipo). Además, se incorpora David Lee para dar aún más fuerza al juego interior. Y Spurs tendrá a otro argentino en liza: el base Nicolás Laprovittola. San Antonio tiene más sabor hispano que nunca... y un equipazo.
DALLAS MAVERICKS (2-5 en pretemporada; 42-40 en regular).- Los Mavericks se clasificaron de milagro para los playoffs. Todo un toque de atención. Por eso, este verano Donnie Nelson buscó a toda costa reforzar al equipo, pero llegó tarde a casi todas las batallas. El equipo lo puede pasar mal. Sí, Dirk Nowitzki no está rodeado de talento suficiente, ni mucho menos. Lo mejor para Dallas es que han llegado Andrew Bogut y Harrison Barnes, dos ex Warriors. Lo peor es que ha perdido a Chandler Parsons, decepcionante su paso por el equipo, Zaza Pachulia y Raymond Felton, si bien el puesto de base está muy bien cubierto. Los Mavs tendrán a dos hispanos, el ya conocido J.J. Barea y el recién llegado Nicolás Brussino, otro argentino en la NBA.
Nowitzki volverá a ser el líder. Deberán estar junto a él Deron Williams y Wesley Matthews, además de Barnes y Bogut. No parece suficiente para los tiempos que corren. Se puede poner como se ponga Mark Cuban, pero Rick Carlisle no tiene mimbres para competir con los grandes.
MEMPHIS GRIZZLIES (4-2 en pretemporada; 42-40 en regular).- Memphis sufrió la pasada campaña para acceder a playoffs a raíz de la grave lesión de Marc Gasol. Y Marc Gasol es la clave. El español es el auténtico termómetro de este equipo, cuyo rendimiento dependerá mucho de si el pívot catalán se ha recuperado plenamente o no de su lesión en el pie. Es el líder indiscutible del equipo. Pero no está solo. Mike Conley ha firmado un megacontrato que le obliga a seguir siendo una pieza fundamental y a dar un paso más adelante. Chandler Parsons llega con un contratazo. No se recuerda que nadie con ese poder salarial eligiera como destino Memphis. Llama la atención. Y a ese trío se une un cuarto hombre que va a tener que desempeñar un papel raro para él. Hablo de Zach Randolph y su recién estrenado rol de sexto hombre. Si se adapta puede ser letal. Todo ello sin olvidar el trabajo crucial que siempre hace en este equipo Tony Allen.
Memphis estrena entrenador. Aparece en la banda David Fizdale. Aunque hay que decir que este equipo ha ido cambiando de entrenadores y siempre ha seguido en los últimos años una línea de trabajo similar. El proyecto está bien hundido en sus raíces. Vince Carter seguirá aportando en momentos puntuales y repartiendo sabiduría, JaMychal Green deberá tener más tiempo y se abre la duda de qué podrán aportar a corto plazo los novatos Wade Baldwin y Deyonta Davis.
HOUSTON ROCKETS (5-2 en pretemporada; 41-41 en regular).- Houston sufrió lo que no está en los escritos para entrar en los enfrentamientos directos la pasada temporada. No había química en el equipo. Parte de esa mala química ha de desaparecer con la marcha a Atlanta de Dwight Howard. Pero no es oro todo lo que reluce. El equipo configurado por Daryl Morey no está a la altura hoy por hoy de los grandes de la conferencia. De hecho, parece estar lejos. Por mucho que se hayan registrado 10 altas en la plantilla. Y por mucho que exista una gran novedad, grandísima: el fichaje de Mike D'Antoni como entrenador jefe. Un D'Antoni que tiene muchas deudas pendientes tras su fracaso en Lakers.
Lo que está claro es que James Harden va a ser el rey indiscutible de estos Rockets. Nadie le hará sombra. En realidad, nadie se la hacía el año pasado por mucho que Howard frunciera el ceño. Lo mejor que ha hecho Morey es meter sangre veterana y conocedora del juego en la plantilla. Jugadores como Eric Gordon, Ryan Anderson y Nene. También el argentino Pablo Prigioni, que regresa. Trevor Ariza seguirá aportando intensidad, Corey Brewer también contribuirá al buen funcionamiento del equipo y Patrick Beverley arranca lesionado, pero también tendrá su hueco. Y habrá que estar pendiente de Clint Capela, ahora que se ha ido Howard. Se puede decir que la plantilla es más profunda que la del año pasado y que no tendrá problema para estar en playoffs
NEW ORLEANS PELICANS (1-5 en pretemporada; 30-52 en regular).- La temporada que Pelicans dejó atrás fue sencillamente catastrófica. Las lesiones hundieron al equipo irremisiblemente. Y el final de curso fue un caos con su gran estrella, Anthony Davis, fuera de juego. Tras una temporada para olvidar con solo 30 triunfos, se han caído del equipo algunos jugadores (especial mención para Eric Gordon y Ryan Anderson), pero Pelicans mantiene su columna vertebral.
El juego ha de pasar de forma masiva por las manos de Anthony Davis, un portento imparable en la pista. Eso sí, Alvin Gentry tiene en la recámara a Jrue Holiday, Tyreke Evans y un novato que puede causar impacto de forma inmediata: Buddy Hield. Alexis Ajinca y Omer Asik ayudarán con su trabajo de zapa en la pintura y entre los nuevos cabe citar al polémico Lance Stephenson, a Langston Galloway y a Terrence Jones. El objetivo ha de ser entrar en playoffs.