Blake Griffin vivió una accidentada y complicada temporada. Empezó a lo grande, pero las lesiones arruinaron primero su campaña regular y luego sus playoffs. Lo peor fue que una de esas lesiones llegó como consecuencia de un incidente lamentable que creó un gran malestar en la franquicia y que le supuso una sanción por parte del club.
Solo jugó 35 partidos en la temporada regular. Luego, se lesionó una pierna en los playoffs y los Clippers perdieron a sus dos estrellas en el momento más inoportuno, lo que les dejó sin opciones.
Esa situación trajo consigo algo inesperado: rumores de traspaso. Impensable que esos rumores pudieran haber surgido en el entorno de Clippers otras temporadas. Pero finalmente el jugador no fue traspasado porque el club le considera imprescindible.
La reflexión de Griffin
Griffin ha afirmado en el podcast de The Vertical que apenas ha descansado este verano. Se tomó una semana obligada tras ser operado, luego empezó con la rehabilitación y ya no paró. De hecho, sus vacaciones se han circunscrito a un par de semanas.
"No me gané un descanso estival", ha asegurado Griffin, consciente del malestar que creó el incidente que acabó con su mano lesionada.
Ahora, el 5 veces All-Star quiere olvidar la pasada campaña, hacer borrón y cuenta nueva y arrancar la pretemporada en perfectas condiciones físicas. Él sabe que si su rendimiento es el de siempre, todo se olvidará.