Lance Stephenson apostó por sí mismo hace 2 temporadas y esa apuesta ha sido sin duda fallida. Hoy, bien avanzado el verano, sigue sin tener equipo en la NBA y no parece que le vaya a ser fácil encontrarlo. Su futuro inmediato puede estar lejos de la NBA.
Si Stephenson hubiera aceptado los 44 millones por 5 años que los Pacers le ofrecieron hace 2 temporadas, tras su mejor campaña con los de Indiana, ahora mismo le restarían todavía 27 millones de dólares por cobrar en los próximos 3 años. Pero no lo hizo. Pensó que su juego valía mucho más y prefirió un acuerdo corto con los Hornets con el que buscar en el futuro el gran contrato que creía merecer.
Lo cierto es que, a sus 25 años, nadie le ha ofrecido ese contrato y que, pese a los 14,2 puntos, 4,4 rebotes y 2,8 asistencias que promedió con los Grizzlies en 26 partidos durante la segunda parte de la pasada temporada, nadie parece haberle hecho una oferta satisfactoria este verano. Algunos medios apuntan ya a que su próximo equipo podría estar en China o Europa y no en la NBA.
A día de hoy, el problema parece seguir siendo el de hace 2 años, es decir, la diferencia entre la valoración que el jugador hace de sí mismo y la que hacen los equipos potencialmente interesados en él. A estos últimos les retrae especialmente el carácter del jugador, con fama de ser un problema en el vestuario. Un sambenito que le sigue persiguiendo, pese a los fallidos intentos de Stephenson de librarse de él.