Erik Spoelstra apostó por jugar con un equipo bajo, muy bajo, sin referencias interiores, y el transcurso del partido le dio la razón. Miami venció 103-91 a Toronto para forzar así el séptimo partido de la serie. Goran Dragic y Dwyane Wade lideraron la ofensiva.
Con Hassan Whiteside y Chris Bosh fuera de juego, el técnico de Heat no utilizó tampoco ni a Amar'e Stoudemire ni a Udonis Haslem. El juego interior quedó reducido a la mínima expresión, y algunos jugadores tuvieron que ofrecer un espectacular rendimiento físico en defensa. El ejemplo máximo de ello fue el novato Justise Winslow. Enorme su despliegue.
Miami tuvo el partido bajo control y no sufrió apuros en la recta final. Goran Dragic fue el gran arquitecto en materia ofensiva. Sumó 30 puntos, su tope anotador en postemporada desde que juega en la NBA. Y Wade se fue a 22, permitiéndose el lujo de poner 3 tapones.
Además, alcanzaron la decena el citado Winslow, Joe Johnson y un muy activo Josh McRoberts.
Jugaron el local Luol Deng (41 minutos) y el visitante DeMarre Carroll (25 minutos), superadas sus lesiones. El que no lo hizo, una vez más, fue el argentino Luis Scola, a pesar de estar sano.
El esfuerzo de Lowry
Dwane Casey apostó por algo más clásico. Bismack Biyombo volvió a ser el sustituto en la titularidad del lesionado Jonas Valanciunas, y ayudó en el rebote. Pero los hombres esenciales fueron Kyle Lowry, especialmente, y DeMar DeRozan. El primero anotó 36 puntos y el segundo 23.
Ahora, el que llegue a las Finales del Este el domingo lo hará habiendo jugado 14 partidos por los 8 que ha disputado Cleveland Cavaliers, que sigue descansando aguardando el nombre de su rival.