Regreso de Stephen Curry y otro récord impresionante para su curriculum. Porque el base de Warriors anotó 17 puntos en la prórroga ante Portland. Nadie en la historia de la NBA había logrado anotar tanto en una prolongación. Y encima lo consiguió en un partido de postemporada.
Curry regresaba de una lesión delicada, un esguince de rodilla. Partió como suplente y Steve Kerr tenía pensado darle un tiempo limitado, alrededor de 25 minutos. Pero el deseo implacable del vigente MVP de la NBA y la expulsión en el segundo cuarto de Shaun Livingston rompieron con todos los planes del cuerpo técnico y el equipo médico.
Al final jugó 37 minutos para hacer 40 puntos, 9 rebotes y 8 asistencias. Su físico le dio para tirar 32 veces con un gran 50% de acierto. Pero lo que dejó a todos atónitos fue su prórroga: 17 puntos para ganar 125-132 un partido crucial en el que su equipo estuvo contra las cuerdas.
"Me encanta este deporte, me encanta jugar y competir", decía un Curry eufórico tras el partido. Esa pasión trasladada a la cancha, unida a su talento, nos da un jugador de una dimensión especial.